Mi sueño siempre fue nadar en el mar. Para muchos era un sueño imposible, para mí era un reto más. Mi tátara abuelo siempre me contaba historias sobre La Tierra, planeta donde nació, donde conoció a mi abuela y donde engendro a mi bisabuelo, al parecer el planeta Tierra se fue a la basura después de muchas advertencias y pocos intentos de salvarla. “Fue una masacre” cuenta mi abuelo “Los pocos sobrevivientes se encuentran aquí, en Guertena”
Guertena, lugar de mi nacimiento, una enorme y lujosa nave espacial creada por un cerebrito, quien pensó y aseguro que La Tierra no sobreviviría a los actos humanos y quien ahora mismo está recibiendo una gran cantidad de dinero, sí, el tributo volvió.
– Ey, Vinho ¿Me estas escuchando?
Ciertamente no lo hacía, probablemente mis respuestas eran mecánicas mientras miraba por el ventanal de mi habitación, todas la habitaciones tienen una y puedes buscar cualquier ubicación en la galaxia, en mi caso siempre era el planeta Tierra. Anteriormente había encontrado fotos de ella cuando era salvable, pero ahora ni yo sabía qué hacía allí. Era casi totalmente obscura, solo que se lograba distinguir algunos colores como el café y el gris. Anteriormente me había acercado con mi grupo escolar para una tarea, la gran mayoría no quiso por miedo, asco o por el simple hecho de que todo lo encontrabas en cinco segundos gracias a la tecnología, lo insertabas a tu cerebro y listo. Pero yo no quería eso.
– Vinho
Mis dos mejores amigos, Anya y Logan, fueron los que más se acercaron junto conmigo, se podía notar como un poco de humo emanaba de él, también como trozos de contaminantes desconocidos caían y, aunque tuviéramos las compuertas cerradas, se sentía un hedor asqueroso. En ningún momento reconocí el mar… grande fue mi sorpresa cuando la profesora me indico, desde lejos, la ubicación exacta del mar… yo solo veía un trozo de negro entre tanto café.
– ¡Vinho!
– ¡Eh, presente!
Del salto que pegue le di un golpe en la nariz a Logan con mi codo, haciendo que chocara con Anya y la botara de su silla y que ella chocara con mi mesilla, en donde tenía mi globo terráqueo, regalo de mi bisabuelo. Mi primera reacción fue lanzarme hacia adelante para evitar que el globo cayera al suelo y funciono, pero caí sobre Logan y le saque el aire.
– Uy, perdón…
– …
Una vez estuvimos acomodados, Logan con tecnología arreglándole el tabique, Anya movía el brazo y yo acomodaba el globo terráqueo tal y como estaba
– Deja eso ya, Vinho, está perfecto –Me dijo Logan, quien parecía un poco cansado.
– No, antes de que Anya lo botara estaba situado en América
– Viny, tienes una pequeña obsesión con La Tierra –Dijo Anya después de acercarse a mirar el globo.
Ciertamente tenía una obsesión con La Tierra, me parecía hermosa como era antes y otro de mis sueños era que volviera a ser habitable para luego poder nadar en el mar, yo sé que algún día lo lograre, aunque me tomen a loca.
– Hablando de La Tierra, la profesora dijo que tendríamos que volver, dijo que quería decirnos algo muy importante… sobre todo para ti, Vinho
No sé porque sentía que era algo malo, de la nada sentí como el corazón se me aceleraba y un nudo se formaba en mi garganta.
– Ey, Vinho ¿Estas bien? Te pusiste pálida
– ¿Eh? ¡Ah, sí! Lo siento, me he sentido mal estos días
– ¿No le has dicho a Lía? –Pregunto Anya refiriéndose a mi robot acompañante