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Todo comenzó cuando solamente tenía 13 años, era un niño feliz, tenía el calor y amor de mis padres, tenia una casa, ni muy grande, ni muy pequeña, era justa para nuestra familia. Mi mamá me decía que tuviera mucho cuidado con los extraños, en especial los alfas, porque yo no era un Omega cualquiera, ella decía que era especial, que Dios me había dado un regalo hermoso que no cualquier Omega tenía. Mi papá siempre me decía que me iba a proteger porque era su oro, su tesoro, era su mundo. Pero un día, yo me desperté con un sentimiento extraño, algo iba a pasar ese día. Salí de mi habitación y sentí algo, algo dentro mío me decía que abrazará a mis padres, me decía que me despidiera de una forma diferente y lo hice. Antes de irme a la escuela abracé a mis padres, les dije lo mucho que los amo, que eran lo mejor del mundo, mi mamá me miro con ojos llorosos y me dio un último abrazo y beso, mi papá me dijo que era muy afortunado en tenerme, también me abrazo y me dio un cálido beso en mi frente. Les dije adiós, nunca decía adiós porque aquella despedida era para cuando sabes que nunca más volverás a ver aquella persona, pero esa vez si les dije adiós. Caminé hacia la escuela, pero nunca llegué. Un auto negro paro, sentí como unas manos agarraban mi pequeña cintura y otra mano en mi boca para evitar gritar. Sentía miedo, mucho miedo, quería a mis papás. Un hombre me dijo que no gritara o iba a lastimar a mis papás, yo le hice caso. Llegué a una enorme casa, me obligaron a entrar, yo no hablé ni protesté porque tenía miedo de que lastimara a mi pequeña familia, solo hacia caso. Al entrar me dieron prendas muy reveladoras, yo no entendía, era solo un niño de 13 años, no sabía lo que pasaba. Me obligaron a cambiarme, al terminar de cambiar me llevaron a un escenario, donde había un montón de omegas como yo, pero ninguno era un Omega blue como yo. Había muchos alfas diciendo número y números hasta que llegó mi momento y recuerdo que fui el número más grande de todos, me habían vendido a un tipo que era dueño de un bar. El alfa me dijo que ahora el sería su familia y que el bar era mi nuevo hogar, yo quería salir corriendo de ahí, pero otra vez me había amenazado con que iban a lastimar a mi familia, entonces le hice caso. Yo no sabía cuánto tiempo había pasado, solamente sabía que me despertaba de un mugriento colchón y me llevaban hacia un salón para enseñarme a caminar con tacones y bailar. Hasta que llegó mi primera noche, era el último en presentarse, mi cuerpo temblaba, tenía miedo, mucho miedo. Abrieron el telón y ahí estaban todo aquellos alfas y betas, viéndome como una carnada, yo cerré los ojos y me deje llevar por la música, hacia todo para que no lastimarán a mis padres, nunca deje de pensar en ellos. Al terminar de bailar recibí muchos aplausos, chiflidos y uno que otro pirobo. Pero ahí no había terminado la noche, el alfa que me había dicho que era mi nueva familia me había llevado a una habitación muy diferente a la mia y me dijo.
"Este es tu regalo, te lo mereces por haber hecho tan bien en tu primera noche."
El se fue y otro hombre entró, cerró la puerta y la habitación se volvió oscura. Sus manos tocando todo mi cuerpo, sus labios en mi cuello, mis ganas de vomitar aumentaron, el hombre me susurró.
"Seré bueno y cuidadoso porque es tu primera vez."
Me saco mi ropa interior y yo comencé a llorar, el me ignoró y bueno ya sabes lo que pasó después. Terminó dentro de mí, espero que a que su nudo se fuera. Después el se levantó de la cama, me tiro su sucio dinero en mi cuerpo cubierto de su esencia, me dijo.
"Estuviste de maravilla, nos vemos en la próxima, pero no llores."
Y se fue. Desde aquella noche, no volví a ser el mismo, me habían robado mi inocencia, mi felicidad, todo de mi se robaron. Pasó el tiempo, una chica me trajo el periódico y me dijo.
"Lee la página 9."
Le hice caso y me fijé en la página nueve. Sentí que las pocas esperanzas que tenía, se fueron al leer aquello. Mi foto estaba en aquella página, el título decía que supuestamente encontraron al chico que desapareció hace 8 meses, ósea supuestamente estaba muerto. Mis papás pensaron que estaba muerto, ya no podía escaparme de ese infierno. Recuerdo que tire el periódico a la basura y ahí comenzó otra etapa, pero horrible, en mi vida. A corta edad comencé con las drogas y el alcohol, me daba igual con quién me acostara, ya estaba muerto, lo único vivo era mi cuerpo. Ya no era yo. 13 años y me arrebataron mi vida~.
Jin se rompió al decir aquello, su pasado era tan duro que parecía imposible poder superarlo.
Su cuerpo llevaba aquellos horribles recuerdos, que lo seguirán hasta su muerte.
Namjoon se acercó a él y lo abrazo, sentía como el Omega se escondía en su cuello y lloraba todo lo que no pudo llorar en años, sacando el dolor que guardaba dentro de su oscuro corazón.
Estaba tan roto aquel Omega, pero tanto que parecía que con cada lágrima iba perdiendo un pedacito de él.
Jin salió de su escondite, el aroma del alfa lo tranquiliza a de alguna manera, se sentía muy protegido en aquello brazos.
Lo único bueno que hice fue haber sacado aquel pequeño de ahí~.
¿Cómo?~.
Cada semana entra nuevos omegas, un dia, un pequeño Omega blue entro, me acuerdo cuando lo ví por primera vez, me acerqué hacia a él porque me habían dicho que estaba acargo del chico ya que éramos igual, algo así me dijo el alfa. Cuando me acerqué, sus ojitos de Bambi me miraron fijamente, su mirada reflejaba miedo, yo lo acaricie la cabeza, le pregunté cuántos años tenía y me dijo 12, casi la misma edad que yo cuando entre a este mundo de mierda~.
Comenzó a llorar, Namjoon le secaba las lágrimas con su pulgar.
Respirar Jin~.
Que mierda de mundo, que mierda todas esas personas que trabajan ahí, era un bebé, un niño que le estaban arrebatando la vida. Me dije a mi mismo que lo iba a sacar de ahí y eso hice. Dos semanas después de armar bien mi plan, el niño, llamado Jungkook, le conté todo el plan que tenía en mente, el tenía miedo mucho miedo, hasta me abrazo y comenzó a llorar, yo le decía que todo saldrá bien, que confiara en mi y eso hizo. Ya de noche una vez en el bar, mientras todos estaban ocupado, lleve al pequeño a la salida de emergencia, nadie estaba en ese lugar así que le di mis ahorros y le indique cómo salir de ahí, después de que me abrazará y me dijera gracias, salió de aquel infierno y no supe más nada de él~.
Sintió una presión en el pecho, aún recordaba la mirada tierna del chico, sus ojitos azules tan brillantes como los de el, tan pequeño, tan asustado, no quería que terminara como el.
¿Y luego que pasó?~.
Descubrieron que el chico desapareció, obviamente me hecharon la culpa porque era de mi responsabilidad~.
¿Que te hicieron?~.
Una sonrisa amarga apareció en el rostro de Jin.
Me golpearon hasta quedar inconsciente, después no supe más que me hicieron, seguro me violaron o yo que se, pero fue un mes de difícil recuperación, pero valió la pena, el chico ya no estaba en aquel infierno~.
Pero lo que no sabía Jin, es que Jungkook tuvo que trabajar en la calle, viviendo una vida aun mas dura.
Aún Jin tenía la esperanza de encontrarse con Jungkook, habían pasado 6 años. Jungkook debería tener 18. El Omega sonrió al imaginarse lo mucho que habrá crecido el pequeño niño de ojos de Bambi.
¿En qué piensas Jin?~.
En lo grande que debe estar Jungkook~.
Namjoon sonrió y lo atrajo hacia a el con un dulce abrazo, Jin escondió su rostro en el cuello del alfa, sintiendo el fresco aroma de éste, que lograba tranquilizar.
Gracias por contarme tu pasado~.
Gracias por salvarme~.

El Omega tenía un poco de miedo, sentía que se había abierto muy rápido con el alfa, porque apenas lo había llevado a su casa, pero dentro de él decía que era alguien de confianza, sentía que aquella persona iba estar a su lado por mucho tiempo.


~~~

Tu eres el traidor~.
Grito al entrar a la oficina.

No te dejes engañar por las apariencias.
El que aparenta ser el más inocente es el culpable de muchas cosas.

↫↫↫вluє αnd rєd↬↬↬ чσσnmín ᴏᴍᴇɢᴀʀᴠᴇʀsᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora