❐ Mᴏᴍᴍʏ, ɪ ᴡᴀɴᴛ ᴛʀᴜᴇ ʟᴏᴠᴇ •『ʏᴏᴏɴɢɪ & __』

CAPÍTULO 1

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Domingo, fin de una larga jornada de trabajo y un día de descanso, me guste mi trabajo, gracias a ello puedo tener todas la comodidades, aunque... es muy matado.

Ver el dispositivo, si lleva esto o el otro, si conviene sacarlo a venta ahora o después, el margen de ganancia y bla bla bla.

Lista y aseada, lo único que me falta es tomar desayuno a una hora no tan temprana de como estoy acostumbrada.

Tzuyu me comento que hace más de un mes han abierto una cafetería, algo lujosa y con meseros de buena presencia.

Vamos a ver si me salgo con otra consista y más ahora que inauguro nuevo fetiche gracias a Mina.

Lo bueno es que en este fetiche que también implica otras cosas, se necesita carácter y una actitud dominante, cosa que va muy bien conmigo y por que no intentarlo. Además tener a un baby boy a mi completa disposición sin que me cuestione nada de lo que hago o de que le haría, me parece excitante.

Ya estoy por llegar a la cafetería, voy caminando pues no esta lejos de donde vivo.

Miro el paisaje tranquilamente, escuchando a los pajaritos y el viento impactar con las hojas de los árboles, todo esto por haber escogido una zona apartada de la ciudad y más costosa, no solo por las viviendas, también por los lugares como los centros comerciales, por lo que no hay muchos carros tocando las bocinas para pasar, aquí todo se escucha normal y se aprecia la naturaleza, si lo pienso con exactitud.

Cuando llego veo a una chica afuera y me acerco a ella suponiendo que es la recepcionista.

— ¿Se le ofrece algo? ¿Tiene reservación?

— Sí. –respondo cortamente.

— ¿Con qué nombre esta su reservación?

La reservación la había hecho hace una semana, aunque esto no parece muy recurrido... raro.

— __ __ –menciono mi nombre completo.

— __ –titubeante repite mi nombre.

— Sí. –respondo y asiento la cabeza a la vez.

De nuevo esa actitud de alarma por mi presencia, los demás deben de saber que me guste o sino por decisión propia no vienen.

— S-sígame. –con la tableta entre sus manos nos adentramos.

— Está bien... No te preocupes. –sugiero porque la veo nerviosa.

— Claro. –su sarcasmo sale a su media repuesta.

Trate de evadir aquello. Mientras caminaba podía apreciar cada parte del lugar, me llevo a un lugar apartado.

Tzuyu, que habrás hecho...

Podía ver señoras mayores y entre ellas una persona no grata... Mi querida hermanastra que porta la estúpida idea de que le robe a su madre, quien se diría que fue la causante de la muerte de la mía, aunque la culpa también es del donante de esperma que socialmente lo debo considerar mi padre.

Y la actitud de la engreída empeoró cuando mi donante hizo al fin algo bueno por mi, dándome todo, la cólera que ella tenia hace unos meses no parece ser más grande que las ganas de follar con alguien que no tiene el mismo interés.

— Aquí es el lugar que se reservó, en un momento va a venir un mesero para que la atienda. –atinó por sentarme y descartar para otro momento mis pensamientos.

— Gracias.

— Con su permiso, me retiro.

Ahora que estoy sola debería preguntarle sobre mi inconveniente a Tzuyu.