Capitulo 3

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Estaba en el subte de camino al colegio y al levantar la mirada vi como sus ojos espiaban de reojo mi cabellera rubia, me sonroje y sonreí. Se acerco, al lado mio había un asiento, me saludo y sentó.

-¿Que lees?-sentí que se acercaba para descifrar mi libro 

-En llamas, el segundo de los juegos del hambre-le mostré la tapa- ¿te gustan este tipo de sagas?

-Si bah, maso menos pero no me disgustan-me saco el libro de las manos lo vio, pus el señalador en la pagina en la que me quede y fue para atrás busco una hoja especifica apoyo su dedo en la parte inferior de la pagina y lo fue subiendo hasta llegar al lugar deseado-"Desearía poder congelar este momento, justo aquí, justo ahora y vivir en el para siempre"  amo esta frase quisiera poder hacerlo en cada momento hermoso- se quedo pensativo, como si quisiera decir algo pero no se animaba.

-Nunca me fije en esa frase, no suelo fijarme en las frases de los libros, solo en las que caracterizan a un personaje o una novela, como always o en bajo la misma estrella: "okey?

-Okey-dijo y no pude evitar levantar la mirada y ver sus ojos color celestes verdoso mirándome fijo y con una mirada tierna dejo el libro apoyado sobre el asiento, sentí que se acercaba no se si era verdad o una ilusión mía, no, era verdad porque sentí su mano en mi cintura

-"Usted esta en estación Perú,combinación con lineas  D y E"- Nos bajábamos aquí, corrí la cabeza y agarre el libro, la mochila, el hizo lo mismo y bajamos, en ese momento se Charlie a la conversación para sacarnos de ese silencio incomodo que había quedado.

-Holaaaaaaaa amigos mios- literalmente se colgó de nuestros hombros- tengo una buena noticia, la fiesta se hace y en el country- y diciendo eso hizo una especie de baile extraño-y toda la division esta invitada, la tuya tambien Nick, esta invitado todo el mundo-le tire de la campera y lo chiste-bueno tranquila.

-No invites a todo el mundo yo digo que invites a los de quinto y listo

-Bueno- dijo medio amargado, dimos el presente y entramos a clase

Las horas pasaron rapidísimo, ¡era viernes!. Apenas llegara a mi casa me prepararía el bolso con las cosas para la fiesta, me quedaría a dormir, como siempre.

Estaba ansiosa por que el día terminara y el sábado llame a la puerta.

Las miradas ocultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora