Enero 13, Era un día común como cualquier otro, otro día más en la vida de Elliot, el reloj marcaba 7:42 A.m....
Elliot, era un joven de 18 años con problemas para el estudio , buena persona, pero algunas veces su lado egoísta lo llevaba a cometer muchos errores, creció en una familia con mucho apoyo, claro que, era una persona que cuestionaba todo a su alrededor, siempre estaba preguntándose el porque de la muerte de su padre, quería saber por qué su madre, Victoria, nunca hablaba de él, siempre sin obtener respuestas, lo único que sabía era su nombre, Arturo.
Lo que el mas anhelaba era convertirse en un escritor famoso, pasaba la mayor parte de su tiempo escribiendo, tomaba un café, tomaba asiento en aquel sillón con ese gran respaldo que lo hacía sentir cómodo, abría la cortina, la ventana y se disponía a escribir, muchas veces se veía interrumpido por aquellos ruidos de su abuela cocinando, pero no importaba, las ideas siempre permitían en su mente.
-Elliot, despierta, tienes que ayudarme a arreglar todo para hoy-Dijo Victoria aquella mañana.
-Elliot levanto medio cuerpo, se destapo, vio el reloj y dijo:
-Todavía ni son las 8:00, la fiesta es hasta la tarde, déjame dormir otro rato, volviendo a cubrirse con las cobijas.
Su madre, trato de controlarse para no provocar una discusión.
-Que te levantes, dije, tomo las cobijas y las tiro al suelo.
-Oye...
-Levántate-Grito Victoria.
Elliot frunció el rostro, se levantó y dijo:
-Me voy a bañar ¿me dejas solo?
Rápidamente abrió la ducha y encendió un pequeño radio a un costado para escuchar su música favorita como acostumbraba, mientras lo hacía en sus pensamientos apareció Melissa, aquella chica que Elliot quería tanto, más sin embargo las discusiones que día a día tenían los iban distanciando cada vez más.
Mientras tomaba el baño algo lo altero.
-¿Que, pasa? Dijo.
Por más que abría el agua caliente, el agua salía helada.
-Mamá.- Grito Elliot.
-¿Qué pasó? ¿Que necesitas?
Elliot abrió media puerta del cancel donde estaba la regadera y dijo:
-El agua esta helada.-Grito.
-¿Y...? Dijo su madre.
-Pudiste prender el calentador, sabias que iba a bañarme. Dijo enojado Elliot.
-Perdón, pero no es mi responsabilidad prender el calentador cada que quieras bañarte, ayer dijiste lo mismo, y ni te bañaste ni apagaste el calentador.
-Pero...
-Pero nada, soy tu madre, no tu sirvienta, no haces nada Elliot.
-Dejame solo con un tono de fuerte preguntó.
-¿Vas a querer que lo prendas o tu vas?
-¿Ya para qué?, azoto el cancel y continúo bañándose.
Así eran las discusiones con los Guzmán, diario había una queja, un reproche por parte de Elliot, sin darse cuenta en lo que el estaba fallando.
-Al terminar la ducha tomo lo primero que vio del closet y se vistió, comenzó a acomodar todo para el cumpleaños de su abuela, Catalina.
Llego la tarde, Elliot no dejaba la computadora, seguramente, como era habitual estaba escribiendo.
Mientras sucedía eso, Victoria platicaba desde el jardín con su Madre
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Volver a creer.
Teen FictionCuando un joven pierde a quien más quiere, fracasa en los estudios,esta lleno de traiciones, adicciones, secretos y cae en la pobreza es cuando tiene que comenzar un nuevo ciclo en otro país, donde la fé, las ganas de saber la verdad y un amor al...