Bueno, retomando la historia que les estaba contando, la historia de Dante, mi querido Dante. Una vez que pasaron las clases del día salimos tanto Tessa como Vanessa del salón y nos dirigimos a la salida, como ya lo hacíamos de costumbre, yo estaba feliz y muy nerviosa, entre las risas y los chistes de mis amigas se me fue olvidando un poco el suceso de Dante, pero...no pasó mucho hasta que, al llegar a la salida, lo vi ahí, esta vez no había escapatoria, tenía que pasar a si lado y así pasó. En cuanto estuvimos a la par se me acercó, el corazón me latía a mil, que digo mil, al millón por hora, yo disque intentando disimular volteé la cabeza hacia Tessa e hice como si me estuviera interesando lo que estaban diciéndose la una a la otra pero Dante ya estaba en ruta de colisión hacia mi, querido Dante, no se que te ánimo a hacer eso pero, en cuanto llegaste a mi me agarraste la mano, ¿te acuerdas?, me dijiste algo nervioso pero seguro de ti mismo -Hola, me dijiste que te llamabas Romina ¿cierto?-, yo, alzando la cabeza te dije -Yo no mencioné mi nombre-, tú algo apenado sonreíste y, en vez de que ese momento fuera incómodo lo hiciste ameno, como solías hacer siempre con las cosas que sucedían pero bueno, esos son detalles, me preguntaste si quería ir contigo por un café o a comer, me imagino que lo hiciste para verte menos patan o atrevido pero ya era demasiado tarde, esa idea ya estaba grabada tanto en mi mente y m corazón como para las personas que, déjame decirte, no fueron pocas las que nos vieron. Pero asentí, nuestra salida al principio fue despacio, ambos teníamos pena o eso es lo que quiero pensar, una vez que llegamos a la cafetería pedimos cada quien una bebida, yo intenté sacar mi dinero pero te me adelantaste y no tuve ni la más mínima oportunidad de pagar, se me hizo un lindo gesto pero sinceramente se ma hizo innecesario, nos sentamos y empezamos a hablar, intenté ser directa pero no llegar al grado de ofenderte y, a mi parecer, lo logré, ya cuando quedaba muy poco café en mi envase te dije claramente -No quiero que llegas a pensar que está salida puede empezar algo entre nosotros, lo qué pasó anoche solo fue un beso, una historia, un romance fallido- tú, intentando disimular tus sentimientos que, por lo que vi, estaban a flor de piel me dijiste -Está bien, solo pensé que aunque sea una amistad si podría surgir, los amigos se pueden besar en la boca, ¿no?- yo, solamente me limité a sonreír y te dije -Estuvo rico al café, ya me tengo que ir, nos vemos en la escuela, ¿va?- asentiste y me retiré del lugar.
En cuanto puse un pie fuera de la cafetería se me salió una risita, no burlona sino una de esas risas que salen cuando te emocionas por ver a una persona que quieres muchísimo pero, cuando caí en cuenta de esto re acomodé mi semblante y me di cuenta que esta historia ya había concluido, sin tan siquiera haber podido empezar ya le habíamos puesto fin y que bueno porque así tuve la libertad de construir nuevas historias, nuevos besos, nuevas personas.
(Amigos la próxima parte mañana a las 18 hrs)
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Un beso, una historia
Любовные романыEstá es la historia de una chica llamada Romina, ella nos va a ir narrando sus historias amorosas desde una perspectiva adolescente en donde cada vez que ella sale de fiesta con sus amigas va agregando un beso más, una historia más.