Las horas pasaron al igual que las clases, ya estaba agotado de estar más de 4 horas pegado a una silla, por lo menos tenía la compañía de mi misteriosa vecina quien me hizo pasar buenos momentos en los descansos de 10 minutos por clase haciéndome reír cuando imitaba al anterior maestro que acababa de dar la clase o conversando conmigo fue entretenido, aunque pude ver que también estaba (por su expresión) cansada y soñolienta, y ¿Quién la podría culpar? El verano recién termino y nuestros cuerpos ya se habían desacostumbrado de estas rutinas de 07:00 am a 01:30 pm, pero para nuestra suerte ya era hora de ir a casa, y no nos hubiéramos dado cuenta de esto si no hubiera sido por la chicharra.
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡RIIIIIIIIIIIIINNNNNGGGGG!!!!!!!!!
- Bueno jóvenes, eso es todo por hoy pueden ir a casa – dijo el profesor de lenguas, quien estaba dando la clase.
No hizo falta que lo dijera dos veces, toda la clase salió corriendo desesperadamente del aula, seguramente ansiosos por saber qué fue lo que prepararon sus madres o sus padres para la comida. Comencé a guardar mis libros, ya que ese mismo día nos los habían entregado, la mochila pesaba bastante al momento de colocarla en mis hombros y cuando me gire logre ver que el aula ya se encontraba vacía, ni siquiera el profesor estaba ahí, seguro el también ya no veía la hora de irse a casa y en realidad no lo culpo, yo también estaría agotado por no dejar de hablar 40 minutos seguidos, puedes darte la idea de que no me gustaba nada esta materia, comencé a avanzar hacia la puerta mientras pensaba en cómo se resolvían las ecuaciones de matemáticas, cruce la puerta y me gire hacia la derecha con una mano en mis rizos y la otra en el bolsillo del pantalón, tratando de recordar lo que vimos en clase cuando escuche que alguien me llamaba.
- Hey...
Me gire para ver quien era, y si, nuevamente era Venus.
- H-¡hey! – dije con una sonrisa un poco nerviosa cuando vi que era ella - ¿Qué- que estás haciendo ahí?
- Te esperaba.
Fruncí el ceño mientras miré hacia arriba aun con una sonrisa - ¿Por qué lo harías? – pregunté
- Mmm ¿por qué lo abre hecho?, creo que es porque eres el único que conozco de toda la escuela Y el pueblo – soltó una risilla antes de terminar – además, - camino hacia mi y me tomo del hombro – pareces alguien decente y me agradas Willy.
- Bueno, pues es realmente agradable que no tenga el aspecto de un acosador – comenzamos a reír un poco – o de un asesino, es bastante reconfortante ¿sabes?
- Sabes que no lo dije en ese sentido – dijo con una sonrisa amigable – te ves como alguien de fiar y cuerdo jajaja.
- Pues gracias por el cumplido – conteste inclinándome un poco hacia ella en forma de agradecimiento.
Venus sonrió y miro hacia el suelo, se volvió hacia mí y después dijo:
- Creo que deberíamos de empezar a caminar hacia la salida.
- Completamente de acuerdo – conteste – ya quiero salir de este lugar.
- Jajaja hagámoslo – Venus me tomo del brazo y comenzamos a avanzar.
Mientras caminábamos por el pasillo salían otros estudiantes de otros grados de sus aulas y nos comenzamos a amontonar un poco se oían las voces de todos hablando sobre qué tan aburrida había sido la clase de geometría o sobre que seguirían practicando con la flauta para mejorar en la clase de música.
- ¿Alguien viene por ti? – me pregunto Venus haciendo que dejara de concentrarme en las voces de los demás – o ¿te vas solo?
- No, ahm, de hecho... espero a mi hermano – dije mientras volteaba a ver hacia atrás en busca de Charles – nos vamos juntos...
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Llévame contigo.
RandomWilliam es un simple chico que esta apunto de entrar a la preparatoria, todo parecía ir bien hasta conoce a una peculiar chica la cual lo intriga mucho, las cosas se tornaran mas interesantes para ambos.