TOC, TOC

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Aquella tarde el entrenamiento estaba siendo duro. Los chicos no tenían ningún gran torneo a la vista, pero el entrenador Ukai les estaba machacado de manera especial, cada vez se parecía más a su abuelo.

Sin embargo, todos estaban dando lo mejor, quejándose del cansancio, bromeando, pero sobretodo esforzándose. Excepto Hinata, él ausente. Estaba más callado que de costumbre, tal vez el entrenamiento estaba agotando todas sus reservas de energía o tal vez le ocurría algo...

De súbito el entrenador dio una palmada fuerte y todos se detuvieron, incluido Hinata salió de su trance.

—Suficiente por hoy chicos, pero quiero explicaros algo muy importante antes de que os vayáis. Oh, que mal, necesitaré el pizarrón... ¿dónde está?

—EN la última limpieza antes de las vacaciones lo subimos al cuarto de voley.

—Pues necesito el pizarrón... ¿Algún voluntario para ir hasta el cuarto a por él? —preguntó pero todos quedaron en silencio mirando para todos los lados—. Ya veo... no os peguéis por ir... venga Shouyou por distraido, ve tú.

Tanaka y Noya se aliviaron por no haber sido señalados ellos y se burlaron un poco de Hinata.

—Claro, pero ¿puede Noya acompañarme?

Este dejó de reírse pero Tanaka duplicó su burla.

—¿Necesitas ayuda con eso? Puedo ir yo —propuso Asahi sonriendo.

—No, tranquilo —tomó a Noya de la muñera y corrió hacia la puerta.

—Ahora creo que sí deberías haber ido tú, Azumane... —comentó Ukai al pensar en que el pizarrón desplegado de pie era más alto que ellos.

—Dos pequeños valen como uno grande —gritó Tanaka.

—Mientras no lo bajen por las escaleras usándolo de trineo... —añadió Tsukishima.

Todos comenzaron a recoger y dejaron de bromear al respecto; mucha burla con ellos pero al final se habían librado de tener que acondicionar la cancha.

Fuera del gimnasio se sentía un fresquillo extraño; en parte el Sol ya se había ido y en parte porque todavía estaban sudados del entrenamiento y aun ni habían estirado.

—Me la has jugado pero bien... —comentó Noya mientras subían las escaleras hacia el cuarto.

—La verdad es que hace un par de días que quería hablar contigo a solas... —abrió la puerta y Noya pasó dentro. Cerraron juntando la puerta y quedaron dentro a solas. Hinata estaba muy serio y Nishinoya emepezaba preocuparse.

—¿Te pasa algo? —dijo usando su voz se senpai. Sabía que algo atormentaba al pequeño señuelo, todos lo habían notado durante las prácticas.

—Noya, ¿me prometes que será un secreto? —este asintió firmemente con la cabeza e Hinata continuó—. Verás, hace unos días que he empezado a fijarme.. Vaya no sé por dónde empezar. Aquí, cuando los chicos se cambian de ropa... he empezado a fijarme en los chicos y...

—Oh, comprendo —le interrumpió de súbito poniendo una mano en su hombro—. No tienes nada de lo que avergonzarte, no eres el primero del equipo que confiesa algo así... o que se le escapan miradas...

—¿¡Qué!? ¡No! Nada de eso. No hablo de fijarme en ese sentido.

—¿Qué? ¿No hablas de cosas gays?

—No. Pero, dime ¿quién lo ha confirmado? ¿y de quién sospechas?

—Oh, no... No hablaré de eso si eso no es tu preocupación. Venga, dime tú. Entonces, ¿cuál es tu problema?

TOC, TOC [YAOI HAIKYUU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora