Capítulo Único

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Inspirado en el precioso mini comic de Esther Maldonado Ruiz, en facebook.

Dedicado a mi beta, porque solo por ella hago yo estas cosas.

Espero lo disfruten

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La silla shippeadora del RusMex

México entra corriendo a la Sede de ONU ignorando la mirada de desaprobación que le dan los guardias concentrado en doblar las esquinas correctas de ese pinche laberinto hacia el salón en el que se supone se realizará la reunión rogando con todas sus fuerzas que aún no haya empezado. Maldice por lo bajo a quién haya sido el responsable de que su alarma no haya sonado, aunque está casi seguro de que alguno de sus hijos tenía que ver; encuentra la sala y toma una larga respiración para calmar su acelerado corazón antes de abrir la puerta teniendo cuidado de no azotarla para no atraer la atención sobre sí mismo.

Desgraciadamente parece que la maldita puerta está en su contra pues nada más empujarla un par de centímetros esta rechina haciendo que todos los presentes se volteen a ver. Entra cerrando tras de si con mucho cuidado y camina hacia la izquierda bajando la pequeña escalinata a la pequeña sección que le correspondía a los países de su continente, siempre manteniendo la cabeza en alto con orgullo a pesar de que por dentro se está muriendo de vergüenza.

Al pasar tras sus hermanos les sonríe suavemente haciendo señas tan disimuladas como le es posible que luego les explicaría porque había llegado tan tarde ignorando las señas de Chile y Argentina que ponen su pulgar en alto para luego hacer la mímica de que están bebiendo de una botella. De todas las salas de reuniones que tiene ONU odia profundamente esa, pues la distribución semi circular de las mesas, que van ascendiendo hasta el final dejando espacios libres que fungen como pasillos, es un poco incómoda cuando se trata de pasar desapercibido. Finalmente, con un suspiro de alivio llega a la parte de adelante a la mesa que le corresponde a Norteamérica, pero se detiene de golpe parpadeando.

USA y Canadá, por supuesto, ya se encuentran ahí; sin embargo, a su lado hace falta la silla que le corresponde a él, lo cual es sumamente extraño pues todas las sillas son colocadas ahí contadas minuciosamente para cada uno de los miembros que asistirán a la reunión y recuerda perfectamente haber confirmado con ONU su asistencia. Se gira mirando la mesa de Centroamérica, Suramérica y las Antillas en caso de que alguien se haya confundido poniendo una silla de más, o que por casualidad sobrara alguna silla que pudiera tomar en reemplazo, pero para su mala suerte todas están ocupadas a cabalidad.

Gira nuevamente mirando alrededor de la sala tratando de encontrar señales de algún sitio vacío, una silla extra o su propia silla movida por alguien más por error. Su actitud parece llamar la atención de ONU que con un suspiro irritado baja del estrado acercándose a él.

—México, ¿qué sucede?

—Que mi pinche silla no está —responde tan tranquilo como le puede ser posible negándose a mostrar lo molesto y acongojado que la situación le hace sentir. Bien, sí, llegó tarde, pero si alguien había tomado su silla eso no le daba el derecho de haberlo hecho.

—¿Cómo que no está? —ONU alza una ceja mirando tras él dándose cuenta de que, efectivamente, la silla que le corresponde no se encuentra a la vista.

Mira a Canadá y a USA a la espera de que alguno le de una respuesta a su muda pregunta de si saben que sucedió con la dichosa silla. Canadá niega encogiéndose de hombros mientras que EUA mira sus uñas haciéndose el desentendido, su actitud le hace sospechar por un segundo, pero lo descarta pensando que no podría ser tan infantil como para hacer una jugarreta así.

La silla shippeadora del RusMexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora