PROSA DE UN LATIDO.

Nacer para amar.

-el amor esta entre nosotros desde aquel pequeño llanto que solaste el dia que la vida decidió que fuese tu cumpleaños,desde ahí y desde entonces amaste,tu mama fue aquello que aprendiste a amar primeramente.
¿Quien lo diría no?
Con el paso de los años aprendiste a amar varias cosas,quizá una caricatura,un helado,una película incluso aquella mascota que amaste con la vida.
Todo era alegría y amar era incondicional,pero cuando nos disponemos y crecemos y es ahí donde aprendemos a amar fuera del yugo materno,fuera de lo material y experimentas lo carnal.
Aprendes a ver a una persona con ganas de que jamas se fuera,aprendes a hallarle sentido a sus pupilas y observas hasta lo afilado de sus uñas.
Que te es  imposible creer como tu expectativa de amor,y su vivencia es distinta.
Aprendiste a tocar más allá y descubriste el aura de una persona,sus emociones y aquellas vibraciones que creías que solo existían en ti,viste su rostro tan iluminado que mas de una vez deseaste ser el dueño(a) de sus sentimientos.
Te iluminaba los días,te puso incluso de cabeza,te hizo creer en cosas que veias  en películas.
Y es ahí donde descubres que naciste para amar,cada lucha constante trae consigo amor,la mayoría de las felicidades es por amor aunque también la mayoría de problemas y dolores es por amor..es amor lo que escuchas desde que abres los ojos y es magnifico.
Que dulce es saber que serás amado algún día,que serás la adoración de alguien,que sentirás ese calor que será solo para ti,que tendrás alguien que vele por ti en las noches y te proteja de tus monstruos.

Ahora no será tu madre aquella que te acurruque ¿no es fantástico crear tu propio cuento?
Acaso no es lo máximo que tu corazón se sincronice  y pierda los estribos ante alguien?
Sucede que sin haber entregado tu corazón,ya quieres que alguien lo tenga,te dan ganas de echarte en sus brazos y ahí permanecer
¿Que tiene de malo nacer para amar?
Ser feliz toda tu vida y hacer el pacto mas sublime contigo mismo donde te prometas ser feliz sin condiciones ni dolores que te hagan desistir a vivir una desdicha.