El secreto de la cueva

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Todo comenzó en la playa, estaba con los amigos del pueblo.
Todos estábamos felices y contentos de estar ahí, jugábamos y corríamos, y nos bañábamos en el agua.
Se hacía tarde y decidimos resguardarnos en una cueva que había bajo el  acantilado.
Hacia frío, pero no nos importaba, lo único que queríamos era pasarlo bien.
No sabíamos que hacer, y decidimos jugar al escondite, así que todos nos escondimos menos Mike, que fue el que la paraba, pero me pilló a mi.
Cuando fue mi turno, busqué por todos los sitios pero no encontraba a nadie, desesperada, asustada y con frío, cometí un error del que me arrepentiré toda mi vida, divisé un pasillo, decidí entrar para ver si había alguien, pero en vez de personas encontré algo muy diferente, al principio no había nada y estaba todo oscuro, pero a medida de que avanzaba se podía divisar algo que brillaba con mucha fuerza, y cada vez que avanzaba brillaba más y más.
Hasta que llegué al objeto que tanto brillaba, eran tres gemas de colores, la grande era de color verde esmeralda, la mediana era de color violeta, y la pequeña era de color azul celeste.
Eran preciosas, tanta era su belleza que tomé la decisión de quedármelas, así que me las metí en el bolsillo izquierdo del pantalón y seguí buscando a los demás.

Las gemas del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora