Ese día una de las voces me obligó a llevar un cuchillo a la escuela y matar a todos mis compañeros.
- ¡hazlo! ¡ahora! ¡Atraviesa sus cuerpos con tu ira!
-¡NO! ¡CALLA!
Decidí no sacar aquella arma y dejarla dentro de mi mochila, no dejaría que las voces me controlaran.