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Mark palideció, ¿Que carajos le estaba pidiendo?

-¿Qué?- incrédulo de lo que le pedía apenas pudo hablar.

-Ya lo dije.- se mofó.- ahora apártate de mí vista.

Oh, realmente JaeBum había tenido una gran idea, por fin se desharía de él, nadie en su sano juicio accedería a una idiotez del tamaño del mundo, pero no contó con que Mark se tiraría de rodillas frente a él, quedó impactado ante la imagen.

-Si Irene o cualquiera se entera de esto te rompo todos los huesos.

Diablos.

Había aceptado, carajo que había aceptado, ahora no sabía que hacer ¿Que debía hacer? El esperaba un rotundo "No, estas enfermo maldito marica". A cambio tenía la imagen de Tuan frente a sus ojos, ¿debía decirle que era una broma? En realidad no había pensado mucho, sabía que podía deshacerse de cualquier rumor rápidamente, no era tan idiota como su compañero de escuela, él podría mandarlos a todos al carajo.

-¿Crees que me daría de cabeza con esto?- retó, Mark pareció pesarlo y asintió. Dio un salto cuando sintió una de las manos de Tuan sobre sus muslos, comenzando a acariciar la tela de sus jeans, ¿Debía retractarse?

No lo hizo, ni siquiera se movió, sólo con la vista en alerta notó lo extrañamente bien que se notaba ahí, acariciando sus muslos, como sus ojos habían comenzado a brillar de una manera extraña cuando alzaron la vista hacía él, cuando sus manos comenzaron a buscar los botones de sus pantalones. Sus manos era delicadas, pero aun así mantenían firmeza, se sentían perfectamente bien. Ninguno de los dos sabía exactamente qué estaba haciendo, pero aun así siguieron, Mark bajó de un tirón sus jeans, y comenzó a acariciar su bulto sobre la tela del bóxer, JaeBum soltó un leve jadeo, apenas audible, provocando que el mayor le echase una vista de nuevo, cautivado por ver cómo había apretado los labios y cerrado los ojos avergonzadamente, era algo dulce pero a la vez no sabía cómo explicarlo, quería sacarle más sonidos era como si lo tuviese en la palma de su mano, en un movimiento acercó sus labios y comenzó a depositar castos besos sobre la tela, mientras que una de sus manos seguía acariciando el área y la otra estaba curioseando hacia su trasero, otro jadeo, una sonrisa por parte del mayor.

-Vamos... carajo.- apenas dijo en un susurro.

Mark no se hizo de rogar y bajo el último pedazo de tela que impedía el contacto directo con su piel. Abrió los ojos, al sentir como su cara se restregaba totalmente a su miembro, como si en vez de ser un castigo o un experimento era un premio, un premio que había esperado por años, pequeños besos, roces, dios el menor podía sentir su erección crecer con rapidez y ni siquiera había empezado, aun así no podía resistirse demasiado y soltaba gemidos que trataba de suprimir, sus ojos volaron y un sonoro ruido salió de sus labios al sentir como su miembro se adentraba a la cavidad bucal del contrario, los movimientos suaves, eran realmente torturantes, una de sus manos viajo hasta el cabello de Tuan, sus caderas comenzaron a moverse instintivamente, de adelante hacía atrás, con fluidez, comenzando a marcar un ritmo, dejándose llevar por la lujuria y ambos mirándose directamente a los ojos, casi dejándolo sin poder respirar.

Mark tuvo que detener el vaivén para tomar un poco de aire, JaeBum en ese pequeño lapso dejó que el deseo se apoderase totalmente de él, alzó el rostro de Mark lo suficiente y lo besó, mientras era recibido gustoso Tuan comenzó a levantarse poco a poco mientras ambos quedaban de pie.

Las prendas volaron de un momento a otro, los besos duros no se dejaron esperar, toqueteos, saboreando la piel el uno del otro, terminando sobre la cama del mayor, sus erecciones rozando una con otra, doliendo como el infierno.

JaeBum comenzó a acariciar su entrado, provocando que el otro diese un salto.

-No hay lubricante.- habló a mitad de otro beso, JaeBum se separó regalándole una sonrisa traviesa.