El contrario solo pudo reír divertido, mientras un bebé lo miraba silencioso y curioso, por como eran aquel par de hermanos, eh inconscientemente sonrió.
...
Al ya llegar Stanford al comedor, se acerco a su hermano, quien se encontraba sentado en un silla, mientras mantenía una sonrisa divertida, mirandole sentarse al lado de el, bufando molesto con los brazos cruzados.
—Sera mejor que borres esa estúpida sonrisa que tienes en tu cara, Stan.
—¿Por que?, acaso, ¿Te molesta?.
—¡Si!, ¡Ahora borrarla o te juro que yo lo are pero de un puñete!.
El contrario solo se carcajeo de la risa con una lagriman cayendo de su ojo derecho, apretando su estomago por el punzante dolor que empezó atacar por tanto reírse.
—¡Te lo advierto Stan!.
—Esta bien, esta bien, ya paro.
Dijo, borrando aquella lagrima provocada por su risa, mirando de reojo a su hermano, para volver a reír fuertemente.
—¡Ya esta!.
Ford se lanzo contra su gemelo, haciendo que este perdiera el equilibrio y cayeran ambos al piso, en una comprometedora posición. Stan en el piso con su hermano sobre el, sosteniendo su cadera con ambas manos, mientras el menor se apoyaba en sus manos a cada lado de la cabeza del mayor para no caer, mirándose a los ojos, haciéndoles recordar cuando la misma situación se presento cuando eran niños, pero en aquella ves, Ford se encontraba en el piso con Stan sobre el, quien se apoyaba con una mano y con la otra sostenía el mentón de su gemelo, para que le mirara.
El primero en reaccionar fue Ford, que al ser consiente de como se encontraban, se separo rápidamente con las mejillas ardiendo de vergüenza, para que el mayor le siguiera levantándose del piso, ligeramente sonrojado y con una sonrisa tonta al ver como reacciono su hermano.
—Yo, am, lo siento.
Susurro Ford, con la mirada baja, evitando mirar a su gemelo a la cara, no solo por la vergüenza, sino que también por sus mejillas, que aun se mantenían rojizas por lo anterior.
