Sandra Lopez es una adolescente de 16 años. Los padres de Sandra murieron en un accidente automovilístico cuando ella tenía 8 años. La pusieron en una casa hogar. Cuando ella estaba en esa casa hogar, tuvo un novio que era un pandillero. Un día, cua...
Sandra estaba en su cama de la casa hogar leyendo una novela cuando oyó pierdas golpeando su ventana. Ella cerró su libro y se asomó a la ventana para ver a su novio, Dylan.
—Güey, ¿que haces?— pregunta Sandra.
—Vamos a un lugar, te extraño.— dice Dylan.
—Ya voy, sólo tengo que ponerme mis tenis.— dice Sandra. Ella ya estaba vestida, se puso unos converse y salió por la ventana.— ¿A donde iremos, cariño?— pregunta Sandra.
—Por ahí.— dice Dylan. Cuando caminan, Dylan le dice a Sandra que se espere parada en un esquina. Ella lo hace caso y Dylan y sus amigos rompieron el vidrio de la tiendo y comenzaron a robar. El dueño llamó la policía para arrestarlos pero lamentablemente, la poli arrestó a Sandra.
16 de agosto, 2019
Sandra
Estoy saliendo al courtyard de la cárcel, ya saben, ese espacio a aire libre con rejas y toda la onda. Estoy en fila para salir. Cuando me toca a mí...
—¿Tiene algún arma?— me pregunta un oficial mientras me inspecciona.
—Ya sabes que nunca tengo, nadie me ha visitado y mucho menos me dejaron algo.— le digo y salgo al courtyard. Lo único que hago es golpear la bolsa de boxeo.— Pinche Dylan, me lo vas a pagar.— digo en voz alta.
—¡Sandra López!— grita un oficial.
—¿Ahora que hice? ¡Ni siquiera empecé una pelea!— les grito.
—Estas libre, Sandra.— me dice. Cuando dijo eso, la acompaño al lugar donde tienen mis pertenencias y me cambio a la ropa que usé ese día.
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El oficial me llevó a un cuarto y allí estaba una pareja.
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—Estoy aquí, estoy libre, ¿me puedo ir ahora?— pregunto.
—No. Sandra, ellos son Mario y Jimena García García, serán tus...guardianes legales por así decirle, no cumplirás 18 en dos años entonces vivirás con ellos.— me dice.
—A ver, espera, ustedes parecen súper chido y buena onda pero no los conozco.— les digo.
—No te preocupes, Sandra, no somos malas personas.— me dice Jimena.
—Bueno...— digo no muy convencida. Salimos de la cárcel y me llevaron a su casa.— Entonces, ¿ustedes tienen más hijos?— les pregunto.
—Sí, un hija y dos hijos.— me responde Mario.— Ya los vas a conocer.— me dijo y abrió la puerta de la casa y entramos. Vi los niños peleando por el control de la tele y La Niña estaba dibujando algo.— Niños, tenemos una invitada.— me inmediato, pararon de hacer lo que estaban diciendo.
—¿Quien es ella, Mami?— pregunta La Niña.
—Lucia, ella es Sandra. Sandra, ellos son Felipe, Carlos, y Lucia.— dice Jimena.
—Hola, mucho gusto.— les digo.
—Soy Felipe, pero tú me puedes llamar Cobra, preciosa.— me dice y me guiña en ojo.
—Bueno chicos, Sandra se quedará a vivir con nosotros.— dice Mario.
—Sandra puede dormir conmigo.— dijo Cobra, yo rodeó mis ojos.
—Ella dormirá con Lucia.— dice Jimena.
—¿Por qué va a vivir con nosotros?— pregunta Carlos. Yo me agacho a su altura.
—Carlos, yo no tengo una familia como la de ustedes. Tus padres me ofrecieron ser parte de su familia. ¿Puedo ser parte de tu familia, Carlos?— le pregunto y él me dice que sí mientras me abraza.— Bueno, todas mis cosas están en la casa hogar y estoy segura que me botaron todo.
—Mi sobrina dejó un poco de ropa la última vez que estaba en a la casa. Mañana nos vamos de compras. Lucia, enseña a Sandra tu cuarto.
—Sí, mami. Vamos Sandra, te va a encantar.— me dice Lucia y me rio. Esta familia está súper unida. No creo que será tan mal vivir aquí.
