My Daddy

[~Melodía perfecta~]

Baby y yo nos encontrábamos en la playa. ¿Qué hacemos acá? Quería que mi bebé descanse de tantos problemas, no se merece que lo traten así
El es mi rayito de luz que me da las fuerzas para levantarme cada día, también posee una fuerza sobrenatural para levantarme la pija.

No se crean que lo quiero solo por su cuerpo (tallado por los mismísimos dioses), el es una persona que con solo verla te genera una sonrisa tonta inconcientemente, no importa que día de mierda tengas, siempre va a alegrarte, y pintarte todo de colores.

Creo que me fui del tema.

Estamos sentados en la arena, frente al mar.
No hay palabras.
Solo el sonido de las olas.
El viento que mueve nuestro pelo.
El sol que mantiene el cálido ambiente.
Los pájaros en el cielo.
Todo formando una melodía perfecta.

No pueden faltar nuestras manos entrelazadas.

Nuestras miradas.

No siempre son necesarias las palabras para demostrar el amor.

Unos simples gestos.

Un complejo amor.

Ambos, sentados frente al mar, tal vez cuestinándonos muchas cosas, pensando en cuánto nos amamos, o tratando de recordar que comimos ayer.

Da igual.

Estamos juntos y es lo que nos importa.

Nos estamos besando mientras exploramos el cuerpo del otro. Corté el beso y me quedé mirando sus ojos tan hermosos.

-Vamos a mi casa bebé- Seguido de un beso cargado de deseo.

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Al llegar a mi casa, fuimos directo a mi cuarto, entre besos, y varios golpes y risitas por intentar caminar al mismo tiempo.

Lo recuesto en mi cama -todo esto sin dejar de besarnos- y empiezo a tocar su abdomen debajo de la remera. Corto el beso para sacársela, para luego hacerlo con la mía.

Doy un camino de besos y chupones desde su cuello hasta su panza.
Regreso el camino para lamer sus duros pezones.

-mmh~ ah- Su bebé no podía con tanto placer, y recién estaba comenzando.

Le quité los pantalones encontrándome unas lindas bragas negras de encaje, que contrastaban con su lechosa piel de porcelana.

Decidí no sacárselas, podíamos divertirnos con ellas puestas.
Lo pongo boca abajo en la cama para empezar a darle besos y lamidas en la espalda, y apretones en sus nalgas.
Empece a darle nalgadas suaves, pues no lo estaba castigando.

-Da.. Daddy~ por favor... ah!- me dijo lo más tierno posible, y como buen daddy que soy, le voy a cumplir sus caprichos.

Le puse esposas con peluche rosa para que no le haga daño, corrí las bragas a un lado y empecé a darle lamidas en su rosita entrada. Comencé a meter mi lengua y dar círculos dentro.

Baby era un desastre en gemidos, lo mas probable es que lo escuchen desde la otra punta de la cuadra, pero me importaba, quería que todos sepan que es solo mío, y de nadie más.

Para continuar, le puse dos dedos delante de su boca, y el entendió que debía chuparlos. Al estar completamente mojados, comecé a meter uno, a los minutos le metí el segundo dedo, pero no pude aguantar más y le fui metiendo la punta de mi pene. No es por presumir, pero es bastante grande.

-AHH~ DA.. DADDY MMH MÁS- prácticamente gritaba, pero me prendió mucho que me pidiera más, así que le metí todo mi pene.

Al principio eran estocadas suaves y lentas, pero fui aumentando la intensidad. Se podía escuchar los gritos, suspiros, gruñidos, y la piel chocar. El olor a sexo inundaba la habitación.
Estuvimos así media hora cambiando de posiciones, hasta que ya no pude aguantar más y agaché a mi bebé para terminar en su linda y delicada cara.

Baby se trago todo mi semen, sin desperdiciar ni una gota. Empecé a masturbarlo y me trague todo su semen, al igual que él.

Nos acostamos abrazados. El con una pierna encima mío. Y así dormimos. Definitivamente el mejor sexo que tuve.