Las luces de la ciudad alumbraban cada rincón del lugar, entre ellas estaba él, su belleza era inigualable y la manera en que se movía era hipnotizante, no dejaba de mirarlo y creía, se estaba volviendo un acosador.
Pero su mirada se encontró con la suya, le temblaban las manos y era difícil mantener la guitarra que sostenía. Decidió acercarse, no importaban sus amigos, no importaba el miedo que sentía en el interior pero más que nada no importaba el nudo que crecía en su garganta.
No dijo ninguna palabra, no importaba en realidad, su mano se estiro y él acepto con gusto, el movimiento de sus cuerpos iba acorde los dos, estaban en una armonía de la cual ninguno podría sacarlos, solo ellos, solo ellos importaban.
Las caricias no faltaron, pero él se alejo, se alejo de una manera que dolía, intento seguirlo pero ya era tarde, se fue, se fue sin decir una palabra, se fue sin escuchar su voz, al menos hubiera querido eso, pero no podía hacer nada, solo podía esperar por otra oportunidad.
Aquella que se le fue dada a la mañana siguiente, en aquella cafetería a la que frecuentaba en la noche pero que esta vez decidió cambiar, decidió que era hora de hacer algo diferente y por suerte o quizá por destiño allí lo encontró, con su delantal, la bandeja en las manos y su sonrisa, aquella que lo deslumbro apenas la vio, ¿Qué debería hacer? lo supo cuando lo tuvo lo suficientemente cerca como para detallarlo de nuevo, entre las personas que pedían por su desayuno, él tomando su pedido y con su encanto cautivador.
Lo atendieron pero no podía retirar la mirada de él, no cuando él también lo estaba mirando, ahora era una batalla de miradas pero sabía, ganaría, la chica de larga cabellera castaña que lo atendió parecía amable y por su mirada comprensiva podía deducir que lo era, no demoro mucho en lo que pregunto por su nombre, aquel nombre que le fue demasiado fácil acordarse y no porque fuera un apodo, sino porque venía de él, porque era solo él.
Estaba cayendo pero no se arrepiente, en cambio desea que así sea, desea caer por sus encantos, al menos hasta que estuviera lo suficientemente hundido como para no volver a salir, porque lo quería todo, deseaba saciarse.
Lo esperó fuera del lugar, era ya de noche, su moto estaba cerca de donde se encontraba pero él no deseaba irse, deseaba esperar porque apareciera, estar cerca al menos una vez más. Espero sentado en un banco, cerca de la puerta trasera por donde todos los trabajadores entraban y salían, pero él estaba solo, salió solo y no desaprovecharía su oportunidad, no después de lo que paso y de lo que desea que pase.
Solo fueron pequeñas palabras, una petición, que le de una oportunidad, una oportunidad para probar que era la persona indicada, pero en realidad no lo era, no quería pensar así, no deseaba pensar en el futuro, solo anhelaba un presente, un presente junto a él.
Por su mirada desconfiada estaba temiendo pero luego su sonrisa, aquella media sonrisa por la que anhelo toda la noche. Aceptó y en realidad no lo podía creer, no porque no confiara en si mismo, solo era él, él con su persona podía hacer cualquier cosa y con solo haberlo visto una noche supo eso, no necesitaba más para asegurarlo.
Una cita, tenían una cita la noche siguiente, no podía esperar, anhelaba con ansias poder estar a su lado, acariciar cada parte de su piel, desde su cabeza hasta sus pies, todo, deseaba todo de él y al fin consiguió algo, por lo que no tuvo mucha paciencia, llego antes de lo acordado pero él ya estaba listo, su jean azul claro resaltaba sus largas piernas, la camisa blanca resaltaba su piel y el jersey que traía un poco desordenado lo hacia ver más relajado.
Sus labios gruesos estaban con un poco de bálsamo haciendo ver la brillosidad en estos y solo deseaba besarlos pero ahora no, debía esperar, esperar por ser bien recibido. Se inclinó un poco hacia delante quedando a pocos centímetros de su rostro, sus respiraciones se mezclaban y aunque el deseo crecía, no lo haría y él lo notó, notó el deseo que quemaba por su piel, el anhelo que se atoraba en su garganta y el brillo en sus ojos que lo delataba.
Pero solo sonrió, su cuerpo se descoloco y no sabía cuanto tiempo pasaría aquello pero esperaba que nunca se acabara.
Él agarraba su cintura pero por momentos la soltaba para sentir el viento en su rostro, aunque estaba concentrado en la carretera podía sentir la felicidad que emanaba de su ser, era hipnotizante, atrayente y definitivamente envolvente.
Al llegar al lugar las luces neón se alzaban para darles la bienvenida, la música llenaba cada rincón del sitio pero de cierta manera lo relajaba y dejaba que los nervios que sentía mermaran. Hasta que él decidió bailar, su cuerpo moviéndose lentamente con la canción y cada roce que tenía con su cuerpo quemaba, pero deseaba más.
La manera en que las caricias de los dos aumentaban el calor en su cuerpo lo hacia, llevándolos a ambos a la cúspide. Sus caderas seguían moviéndose mientras sus manos estaban ubicadas tocando su cuello, una vista realmente excitante y que lo llevo al límite.
Lo encarcelo en la pared, sus respiraciones mezclándose y sus latidos aumentando; no tardo en besarle, al fin probar sus labios, sentir como la suavidad de estos lo elevaban hasta llegar al cielo, pero le dejo caer cuando se separo, pero lo llevo, lo llevo consigo, no sabía dónde, no sabía por qué pero estaba seguro que lo disfrutaría, con él lo haría.
Un motel, la habitación era pequeña, pero acogedora, mientras él estuviera siempre lo sería. Estaba perdido pero cuando lo vio retirar su jersey y acercarse no pudo evitar pensar que era lo mejor que le había pasado, y que deseaba no se acabara nunca.
Retiro su camisa quedando totalmente desnudo en su torso, por su mirada supo que lo deseaba tanto como él, se acercó ahora quedando a solo centímetros de tocarse, pero no lo hacia, estaba esperando a que él lo hiciera.
Se acercó aun más ahora rozando sus labios, pero no dio tiempo aun beso, lo volteo quedando sobre la cama encima de su cuerpo, allí se besaron hasta que sintieron que sus labios estaban hinchados y que rozarse dolía, porque ambos sabían lo que pasaría después pero ninguno quería admitirlo.
Tocó cada parte de su cuerpo, la desnudez que lo caracterizaba le parecía simplemente hermosa y sentir como sus labios tocaban cada parte de este era el cielo, como sus manos se abrían paso por sus muslos o como su lengua saboreo partes que le avergonzaban hasta dejarle con un sonrojo en las mejillas, plenitud, fue lo que sintieron la llegar a su límite, al sentir como unir el cuerpo con el del otro era la manera más romántica que se les pudo ocurrir.
Pudieron sentir al otro, como sus cuerpos lo decían todo, sin una palabra de por medio más que la promesa que quedaba allí, lo sintieron una y otra vez hasta que vieron como el amanecer los acobijaba y como las sabanas dejaron de importar para ser sus cuerpos la única cobertura que necesitaban.
Porque sí, ellos eran lo que necesitaban, solo ellos, sin importar qué pasaría o si se verían de nuevo solo fue esa noche la que importaba, la única noche en la que pudieron sentirse como uno y así lo supieron, habían descubierto el amor.
Aunque para el motociclista rebelde tomo estar parado en mitad de la carretera para darse cuenta, para el chico deslumbrante tomo estar sentado en aquel banco en donde al fin hablaron, en donde cruzaron su primer palabra y en donde de verdad importaba.
Supieron lo que era amar, aunque fuera solo una noche, aunque les tomo eso, se amaron, amaron cada parte del otro, amaron lo que fueron juntos no lo que podrían ser y aquello los libero.
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Dedicado a @TatianaCardona236
No pensé hacer un Oneshot pero aquí me tienen, espero lo disfruten
Gracias por leer🤭😘
Lxs quiero
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Una Noche 💕YUGBAM💕[ONESHOT]
FanfictionKim Yugyeom, un joven que a sus 21 años no pensó conocer el amor en una fiesta, pero al verlo ahí, entre sus amigos, con su sonrisa deslumbrante todo cambió. El comienzo de un romance entre ellos bajo las luces de la hermosa ciudad. 🖤ONESHOT🖤