Minghao estaba seguro sobre muchas cosas sobre si, como que no le gustaba la comida picante, detestaba las películas románticas, odiaba discutir con las personas, pero de lo que realmente estaba completamente seguro es que de ningún manera el era homosexual.
A los 12 años se dio cuenta de que la escuela no era su pasión, el baile si, amaba mover su cuerpo al ritmo de la música, en un momento a los 15 años captó que quería vivir de eso.
Discutir por su vocación con sus padres fue lo peor, ellos querían que estudiara medicina, salir de su casa fue aún peor su padre no quería a un hijo mal viviente según sus palabras.
Con 19 años trabajaba dando clases de baile gracias a su amigo Junhui que le consiguió ese trabajo por medio de su familia que era dueña de un estudio. Logro mantenerse estable por unos años, se comunicaba regularmente con su mamá, ya se habían resignado a no poder hablar de nuevo con su progenitor.
Ya entrado en 22 años se le presentó la oportunidad de viajar a Corea del sur para trabajar de bailarín para conciertos de artistas, mudarse no fue fácil tuvo que abandonar a sus amigos, su familia y un trabajo seguro para ir a probar suerte. Corea presentó un reto verdaderamente complicado el sistema es diferente, la competencia laboral es muy dura y el lenguaje es un problema, pero las cosas realmente empeoraron cuando lo conoció a el.
Minghao estaba preparándose para los ensayos de una presentación cercana, entro al salón de baile un chico que se presentó como Mingyu, no le tomó importancia en un principio, otro chico que probablemente se iría en unas semanas.
Al final de la práctica el chico nuevo se acercó a Minghao.
- Hola, soy Kim Mingyu - Sonrió - realmente eres muy bueno bailando.
-Si - Mentiria si dijera que le entendió a todo lo que le dijo pero le dio una idea básica - Solo un poco - Le respondió sin regresarlo a ver.
-Ojala me puedas enseñar, la verdad no soy muy bueno en esto - Dijo mostrando pena en su rostro.
Cuando Minghao lo miro fue la revelación más extraña de su vida, el chico probablemente le llevaría 10 cm de altura, una piel acanelada y un rostro perfecto.
"Lindo" - fue lo primero que pensó - "al parecer me afectó el clima porque es imposible que haya pensado eso"
- Cuando quieras - El había planeado articular un absoluto NO, pero al parecer su boca tiene vida propia.
- Genial - Sonrió Mingyu.
Las semanas siguientes estuvieron llenas de ensayos y platicas hasta altas horas de la noche, donde hablaban sobre sus objetivos, sus propósitos y en su mayoría sobre baile.
Si Minghao tuviera que descubrir su relación probablemente la palabra seria "rara", el moreno siempre intentaba llamar su atención como si de un perrito se tratara, le pedía ayuda para cosas que el sabía que podía hacer fácilmente, como practicar pasos que ya dominaba con la excusa de que quería mejorarlo y que Minghao era un excelente maestro. A decir verdad no era molesto en absoluto ya lo consideraba un amigo cercano, aunque se llevaba muy bien con sus compañeros de ensayo en especial con el coreógrafo, el cual es una mente brillante.
- Que les parece si hoy salimos a un bar - Grito animado Seokmin.
- ¡Si! - respondió la mayoría.
-¿Qué dices Minghao?-Pregunto Mingyu.
- No lo sé estoy muy cansado-
-¡vamos, solo por esta noche!- Sonrió - Por favor.
- Esta bien.
Fueron a un pequeño club que quedaba cerca de donde ensayaban, estaba casi lleno ya que era sábado, tomaron asiento en una mesa de la esquina y pidieron unas bebidas.
- ¡Hay que ir a bailar!- Gritó Chan.
- Por ahora me quedo - dijo Minghao.
- Si yo igual - Secundo Mingyu
Los chicos se fueron a la pista de baile, mientras que ellos dos se quedaron en la mesa. Minghao se sentía nervioso por alguna extraña razón, la bebida sólo le estaba dando calor, por lo cual ser desabotono un poco la camisa que llevaba.
- Hao, ¿que piensas de mi?- pregunto el más alto.
-¿Como?, pues que podría pensar yo- respondió el chino.
- O sea, si tu me ves a mi como alguien... - hizo una pausa.
El corazón de hao estaba martillando con fuerza contra su pecho, y justo cuando Mingyu iba a terminar la frase...
- Oye disculpa, ¿me preguntaba si quisieras bailar conmigo? -Una chica muy bonita se acercó a Gyu con una confianza por los cielos.
- Disculpa, en este momento yo estoy...
-No es de caballeros negarse a una mujer, Mingyu- Dijo Minghao con una de las sonrisas más falsas que había dado en su vida. Sin más remedio el mad alto se levanto de su asiento con rumbo a la pista.
El chino por otra parte se acabó de un trago su bebida, y se dirigió a la barra por mas, no tenía una explicación de por qué su pecho se sentia apretado.
Cuando enfoco la vista hacia donde estaba Mingyu, su corazón se hizo aun mas pequeño, la chica movía sus caderas con un ritmo sensual contra la pelvis del moreno que lo único que quería era salir de ahí. Minghao empezó a tomarse la bebida como si de agua se tratara, cuando se paró después de un tiempo sus pies no respondían correctamente y casi cae contra el piso, si no fuese por que alguien lo atrapó ahora estaría con la cara en el suelo.-Estas tomando demasiado- Dijo el moreno.
-¿Qué tu no estabas bailando?
-Voy a llevarte a casa- Contesto
- No quiero, no tiene mucho que llegamos y no he disfrutado nada- Dijo el chino mientras se soltaba de Mingyu.
-Si disfrutar es tener una congestión alcohólica, no voy a dejarte disfrutar- El mayor ya estaba un poco molesto.
-No soy gay- soltó sin más.
-Entiendo- Dijo Mingyu con la mirada triste, por dentro sabia que no tenía ninguna oportunidad, solo era una pequeña esperanza que el tenía, talvez las salidas al cine, las noches que salieron a caminar o los los halagos nublaron su mente por un momento pero ya no más- Vamos a casa.
El chino sedio, el camino fue silencioso y sin contacto, cada quien iba hablando con sus pensamientos, Mingyu iba no con el corazón roto pero si decepcionado, enserio le gusta mucho el muchacho chino, por otra parte Minghao se iba convenciendo a si mismo de lo que dijo. Al llegar al departamento de Minghao los dos se pusieron frente a frente.
-Sobre lo de hace un rato, yo...
-No te preocupes, entiendo- Contesto Mingyu con rapidez.
- Ese es el problema, que yo no entiendo, no entiendo por qué a pesar de no ser homosexual no pudo dejar de pensar en ti y no como un amigo, hubiese sido mil veces mejor, pero no, más que eso llega casi a la necesidad, verte, hablarte, tocarte ya es necesario- Dijo Minghao con furia en la voz- ¡No lo entiendo, maldita sea!
Mingyu lo miró con asombro, no lo podía creer era correspondido, a pesar de que el otro estaba claramente borracho, el sabía que era completamente sincero con sus palabras. Simplemente lo tomo de la cabeza y lo besó, era un sabor a vodka con jugo de piña, para ambos era un sabor a gloria.
- Juntos descubramos de que se trata- dijo Mingyu con una sonrisa que iluminaria la habitación más oscura.
-Yo creo que soy Gyusexual- contestó Minghao haciendo reír a ambos.
Si hay errores me avisan, porfavor.