Recuerdo cada parte de su cuerpo, cada extremo que recorría, cada tontería que llegaba a hacer por verle sonreír.
Siempre se dice que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, pero en mi caso fue diferente, yo sí sabía lo que tenía.
El problema está en que a veces no coincidís en el momento indicado, o en el correcto.
Si realmente has nacido para estar al lado de esa persona, el tiempo os volverá a juntar.
Como la leyenda que hay sobre el hilo rojo, que por mucho que se enrede el hilo nunca se rompe.