A la luna en bicicleta |Gotzeus| |One shoot|

Marco tiro los papeles del contrato al suelo, mientras la periodista del noticiero seguía comentando la gran noticia que estaba revolucionando según ella a twitter y al mundo.

– Mario Gotze y Ann-Kathrin Brömmel se han comprometido. La pareja que lleva más de dos años juntos, han aparecido hoy en las calles de Paris juntos, y se ha capturado a la joven Ann con un hermoso anillo de  diamantes en su mano izquierda. Esperamos confirmaciones de parte de alguno de ellos dos, pero el anillo habla por si solo. –

Marco mordió su labio inferior indignado.

– Y decías amarme. – murmuró mientras negaba con la cabeza.

Apoyo los codos sobre la mesada, y luego recostó su cabeza entre sus manos, mientras sentía como las lágrimas comenzaban a caen sobre sus labios. Su llanto ahogo el ruido de la televisión, y su cuerpo temblaba a medida que los espasmos aumentaban. Sentía un nudo que le impedía respirar y una sensación de acides en el estómago. Sentía que iba a devolver en cualquier instante el desayuno, que a duras penas había podido terminar de digerir.

Se levantó con violencia de la silla, apagó la televisión, y encendió su equipo de música. Selecciono su canción favorita, y puso el volumen al máximo, haciendo que las puertas vibren al igual que los cristales. Se acercó a la pequeña chimenea del living, y tomó uno de los marcos que llevaba una fotografía de él con Mario en las playas de Ibiza. Lo estrello con furia en el suelo mientras gritaba y luego lo pateaba. Tomó otro marco de fotografía, y lo estrelló contra la pared.

– ¡Te odio! – grito mientras tiraba con sus manos los demás retratos de ambos. – ¡Te odio Mario Götze! – piso los cristales que se habían roto, y escupió cada una de las fotos donde Mario le sonreía.

Camino a su habitación, y saco de su placard su palo de baseball. Lo tiró al aire y lo tomó con una de sus manos, y se acercó a la mesada de luz que era de Mario. Comenzó a destruirla. Tiro el velador al suelo y comenzó a golpearlo con fuerza, luego tiró el portarretrato donde estaban besándose bajo un muérdago el año pasado.

–Nos casaremos. – susurró Mario mientras tomaba las manos de Marco y lo llevaba debajo del muérdago que había puesto apropósito allí con ayuda de su hermano.

– Ya quiero casarme contigo. – susurró Marco apoyando su frente sobre la de Mario. Acaricio su nariz con la suya, para luego atrapar sus labios entre los suyos y comenzar a besarlo. Sintieron un flash de una cámara, y se separaron con una sonrisa, para ver a la madre de Marco con la cámara.

– Siento interrumpirlos chicos, pero ya están por ser las doce. –

Comenzó a golpear el portarretrato, mientras hacía añicos el vidrio. Luego le empezó a pegar a la mesa de luz, con fuerza, con tanta fuerza que sus nudillos estaban poniéndose blancos. Gritaba con fuerza, con todo el dolor del mundo, y luego camino al vestidor que ambos tenían. Junto toda la ropa de Mario, y los objetos personajes, y bajo corriendo las escaleras. Abrió la puerta principal de un golpe, y camino a la camioneta que él solía dejar en la casa de Dortmund. Guardo toda la ropa allí, y luego volvió por una caja de recuerdos.

Se montó en la camioneta, y comenzó un corto viaje a un descampado que había cerca de su casa. Freno antes en una estación de servicio para comprar un bidón de nafta, y una caja de fosforos. Se puso una gorra y una capucha para que no lo reconozcan, y volvió a la marcha.

Al llegar al descampado, estaciono la camioneta y tomó la cajá que tenía dos “M” entrelazadas en un corazón. La dejo a un lado, y tomó el bidón de nafta entre sus manos. Comenzó a tirar el líquido por la camioneta, y se alejó unos centímetros mientras encendía el fosforo. Lo tiro sobre la camioneta, y comenzó a ver pocos segundos después como está comenzaba a arder lentamente. Una sonrisa se marcó en sus labios, y luego tomó la pequeña caja entre sus manos. Desdoblo la primera carta que Mario le había escrito.