o n l y o n e

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No me quiero levantar. No quiero salir de mi cama y tener que decirle a mis padres la verdad. Que mi vida se acabó. No terminaré la universidad, no me graduaré ni tendré la ceremonia que siempre soñé. No voy a trabajar en donde quería, no voy a hacer muchísimas cosas por culpa de este problema. Tengo apenas 19.

Miro la prueba de embarazo entre mis dedos y sollozo una vez más. Mis manos se dirigen a mi vientre y lo aprieto enterrando mis uñas en la carne haciéndome daño. Lo odio. Lo odio.

Lloro mucho tiempo más. No sé cuánto pero al salir de baño ya está oscuro. Mis padres no están, mi hermano tampoco y lo agradezco muchísimo. Mientras camino a mi habitación, tomo mi teléfono de la mesita de noche. Marco el número del jodido chico que dejó su esperma dentro de mi y espero a que conteste.

—Hola, Jiminie.— saluda con su animada voz— Estaba por llamarte. ¿Quieres ir al cine? Acaban de estrenar una película que...

—Ven a mi casa, te veo en 15.— lo interrumpo y corto la llamada.

Camino a mi armario y me pongo unos pants grises, una sudadera morada y mis tenis blancos. Me tiro en la cama esperando a que pasen 12 minutos y mi visita llegue.

Mi mente es un lío y las náuseas no me abandonan. Las lágrimas se resbalan por mis mejillas y no me preocupo por detenerlas. Joder, ¿por qué fui tan estúpido? La cagué en grande, y lo voy a resolver.

14 minutos más tarde, el timbre de mi puerta suena. Me levanto sin ganas, me limpio las lagrimas con la manga de la sudadera y bajo las escaleras para abrirle a Jeongguk.

—Hola, pequeño.— me saluda el tatuado y da un beso en mi frente, más al separarse y ver mi semblante, su sonrisa se borra y me mira preocupado— ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

No. No estoy bien. Nada lo está.

—Entra.

Me alejo de la puerta y llego a la sala. Me siento en el sofá de un solo puesto y miro atentamente al atractivo espécimen que no borra su semblante de preocupación.

—Habla por favor. Me estas asustando.

Suspiro y siento que el pánico me embarga de nuevo. No quiero que las cosas cambien, todo iba magnífico hasta este momento, estaba feliz, muchísimo. Pero voy a seguir así, sólo hay que deshacernos del... problema.

—Estoy embarazado, Jeongguk.— suelto sin anestesia, lo veo su expresión pero no creo que sea de alegría— Me hice la prueba 3 veces, todas salieron positivas.

Él se queda en silencio. No es un silencio como el que nos embargaba cuando escuchábamos música, es un silencio amargo, incómodo y sin duda preocupante.

—Jimin...

—Nada tiene que cambiar, Jeonggukie.— le aseguro sintiendo las lágrimas derramarse de nuevo— S-sólo te-tenemos que... ac-acabar c-con el pro... problema.

La cara de mi novio cambia de tener un semblante de preocupación a una de horror. ¿Qué él no pensaba que era una opción?

—¿Qué?

—Podemos abortarlo, Gguk, todavía estamos a tiempo. Investigaré donde es seguro y no tan caro...

—¿Estás hablando enserio?— me pregunta, pero no parece ilusionado si no molesto— ¿Quieres abortar a nuestro hijo?

"Nuestro hijo". Esto no puede terminar bien, ¿quiere que... nos quedemos con él? Varias veces había salido el tema del aborto en nuestro circulo social e incluso en las clases de filosofía que la universidad nos obligaba a tomar como materia optativa. Siempre me di cuenta de que el tema no era el favorito del peli negro, sin embargo, siempre decía que todos tenemos derecho de decidir sobre nuestro cuerpo y que parte de ello, es elegir si quieres o no tener un hijo. ¿Entonces por qué se pone así?

keep the baby? || o.s. kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora