Sentimientos y deseos

Notas preliminares: Esta historia va en la misma continuidad de "Más de lo que ves", pero no es necesario leer esa salvo para entender una o dos referencias aquí. También, como habrán deducido por el rating, este oneshot contiene una escena bastante subida de tono. Si eso no es lo suyo, o son menores de edad, quien desee saltársela vaya directo al símbolo (-zXz-) que está marcado al inicio y al final (sí, como si alguien fuera a hacer caso, pero igual, ya están advertidos).

Región de Unova, Bahía Undella...

Una de las ventajas de tener amigos influyentes, era que siempre podías contar con ellos cuando necesitaras un favor. Nadie podía estar más agradecido por eso que Ash Ketchum, que durante años había hecho buenas migas con los mejores entrenadores de todas las regiones que había visitado durante sus viajes.

Lo cual lo llevaba a su actual destino. A medida que se acercaba su primer aniversario, Ash había estado pensando en cuál podría ser el mejor regalo que podrían darse él y Misty. La pelirroja le mencionó un par de veces que le gustaría un lugar donde pudieran estar solos y relajarse, lejos de todo y de todos. ¿Y qué mejor para eso que una lujosa villa vacacional, con su propia playa privada, y un área resort con mucho espacio para los Pokémon?

- ¡Bien, ya estamos aquí! – exclamó Ash, bajando sus maletas del auto que los había traído hasta el lugar. – Wow, este lugar no ha cambiado nada en absoluto.

- Que sea un doble wow. – dijo Misty haciendo lo mismo con su propio equipaje luego de pagarle al chofer. – ¿Seguro que está bien que nos quedemos aquí?

- Cynthia dijo que estaría bien. – respondió Ash. – Esta villa es suya, y dijo que nos la prestaría por dos semanas. Tendremos todo lo necesario.

- Bueno, unas vacaciones aquí son un gran regalo de aniversario. – dijo la pelirroja, acercándose para darle un besito en la mejilla.

El chico se sintió estremecer al tiempo que su rostro se enrojecía. Por un momento se preguntó qué habría hecho para merecer el cariñito, pero no se quejaba de ninguna manera.

- Gracias por traerme, de verdad. – le susurró ella al oído.

- No es nada. – replicó él con modestia, si bien por dentro mentalmente se recordaba que le debía un enorme favor a la Campeona de Sinnoh por prestarles el lugar.

A pesar de que ya tenían prácticamente un año juntos, no siempre lograba controlar esa reacción. Se sentía estúpido: él era su novio y todavía a veces se quedaba embobado por un gesto tan simple como un beso en la mejilla. Y lo peor era que ella parecía disfrutar cada vez que lo hacía.

Ash se estiró un poco mientras Pikachu se bajaba de su hombro. En una semana exactamente sería la fecha de aniversario desde que él y Misty empezaron a salir de manera oficial. Si bien el entrenador de Pueblo Paleta seguía siendo algo inexperto en algunos aspectos de llevar un noviazgo, no había dudas de la felicidad que les traía a ambos su relación. Pese a que tuvieron sus tropiezos aquí y allá, con el tiempo resultó que realmente no era tan complicado como él creía. Eso sin mencionar lo mucho que le encantaba cuando Misty se ponía cariñosa con él, como ahora.

Sin embargo, en los últimos meses, Ash había estado empezando a tener otro tipo de sentimientos hacia la pelirroja. Nunca puso en duda lo mucho que se amaban, y ese sentimiento crecía con cada día que pasaba y cada momento que compartían. Pero muchas veces, cuando estaban besándose o abrazándose, especialmente cuando estaban a solas, Ash se encontraban deseando que pudiesen ir... un poco más allá. Y cuando se daba cuenta de ello, se sentía asqueado consigo mismo por ver a Misty de esa manera.