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Eran exactamente las 6 de la mañana y en sus respectivas casas se encontraban dos princesas arreglándose para asistir al prestigioso colegio de mirabela, ubicado en la mejor zona de la ciudad, la diferencia era la manera en que llevaban a cabo su rutina para alistarse.

Mientras que una era despertada por su nana y con desayuno en cama, la otra era despertada por gritos y vidrios rotos, obligada a preparar el desayuno ella sola... Si es que había algo en la alacena.

Mientras que para una su mayor preocupación era elegir el mejor outfit y el peinado perfecto, para la otra era salir con vida de su peligroso barrio con su hermanito de la mano y que este, no se desmayara del hambre.

Amaro y Darla eran muy distintas, pero congeniaban bien, ambas asistían al mismo colegio y aunque fueran de distintas “clases sociales” en el fondo eran casi iguales, ambas tenían un corazón de pollo.

Amaro no era fea, en realidad era hermosa, gracias a eso tenía el trabajo que tenía y aunque se avergonzara de ello, tenía mucho que agradecerle puesto que si no lo tuviera, ahorita estaría muerta.

Darla era de igual modo muy bella pero a diferencia de Amaro, Darla había nacido en una cuna de oro, rodeada de lujos y detalles esplendorosos, pero sin amor.

Y quizás eso era lo que las unía a las dos, ambas estaban rotas y ambas querían ser salvadas.

Ambas princesas pedían a gritos que las salvarse, y mientras una se perdía en si misma cada noche y dejaba una parte de su ser cada que entraba a aquel bar cada noche para poder conseguir dinero, la otra se perdía a sí misma entre drogas y excesos.

Ambas estaban rotas y debían ser salvadas.

Pero a veces tenemos que entender que  la princesa tiene que dejar de esperar al caballero valiente, porque quizás el caballero valiente fue herido en el camino, o quizás se enamoró de una doncella antes de conocerla, el caso es que nada es seguro y la princesa no puede depender de un hombre para que la salve, a veces las princesas tienen que tomar una espada y erguirse y salvarse a sí mismas y probarle a todos que un príncipe no es necesario para que la princesa se convierta en reina.

Porque las princesas también podemos pelear con dragones y escalar torres.

la vida secreta de AmaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora