one shot // felix + changbin ( gryffindor & slytherin ) romance / confesión. 1612 palabras.
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Una apuesta entre dos alumnos de Gryffindor era inquebrantable. Era algo totalmente inalterable, algo que una vez hecho, nunca podría ser deshecho bajo ningún concepto.
Felix lo sabía muy bien, y aun así aceptó la propuesta de Hyunjin, su compañero de cuarto y mejor amigo.
—Si lo consigues, le hablaré de ti a cierto Slytherin por el que estás colado—había dicho el mayor, con una amplia sonrisa y entrecerrando los ojos, sabiendo que Felix se lanzaría sin pensarlo dos veces.
Y por supuesto, acertó de lleno.
—Eh, pásame el tarro de las alas de crisopo, por favor—pidió Felix algo apurado, estirando el brazo para que Hyunjin depositase un cristalino bote en su mano.
El chico de pecas lo tomó con todo el cuidado del mundo, temiendo que éste pudiese caer al suelo y echase a perder todo el trabajo que había llevado a cabo durante a aquel largo mes.
El Gryffindor no era el mejor estudiante de Pociones de la escuela, sin embargo, después de hacer la apuesta, no había día que no dedicase a la creación de aquella poción multijugos. Según todo el colegio, ese tipo de poción era casi imposible de conseguir, debido a los increíbles efectos que producía en el que la consumía.
—Ahora, sólo falta remover un poco...—murmuró más para sí mismo que para Hyunjin, siguiendo al pie de la letra lo que redactaba el manual de preparación—Y un último ingrediente. "Una muestra de la persona en la que desea convertirse".
Felix miró algo extrañado a Hyunjin, sin saber muy bien a qué se refería ese último paso, pero el otro lo tranquilizó con la mirada. Lentamente, levantó la palma de su mano, únicamente para mostrarle un pequeño pelo rubio descansando sobre ésta.
—Tienes que añadir esto y, no me puedo creer que yo esté diciendo esto, pero ya casi habrás ganado la apuesta.
—¿Estás diciendo que ponga un pelo, a saber de quién, en una poción que después me beberé?—preguntó Felix asqueado, mirando con repugnancia lo que Hyunjin le ofrecía. El otro asintió muy seriamente—Vale. Es asqueroso, pero vale. Lo haré.
Después de todo, ¿qué Gryffindor perdería una apuesta tan fácilmente?
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—No puede ser—dijo Felix con una extraña voz, sorprendido ante su propio reflejo en el espejo de la habitación.
Sus manos tocaron sin descanso aquel rostro que no era suyo, mientras hacía todo tipo de exageradas muecas y aspavientos para cerciorarse de que aquel chico rubio era él.
