one shots ; shawn mendes

don't be a fool

Parte I.

Estaban acostados en la cama de Vanessa, abrazados, en silencio, simplemente disfrutando el último día del descanso de Shawn. Ambos sabían que todo acabaría en el momento en el que Shawn saliera por esa puerta pero ninguno quería hablar de ello. Sin embargo, tenían que hacerlo. Vanessa tenía los sentimientos a flor de piel. Lo amaba como nunca había amado a nadie y es que en realidad así era, nunca había estado enamorada y era triste que la primera vez que le sucediera fuera de una persona que no podía estar con ella. Por su parte, Shawn estaba sintiendo la impotencia como nunca la había sentido. Amaba a Vanessa con toda su alma. Sabía que nunca encontraría a nadie igual a ella pero también sabía que no podrían estar juntos. No podía arrastrarla a su mundo, a la industria. Prefería dejarla ir, que consiguiera a un hombre que pueda estar con ella todos los días de su vida para amarla, cuidarla y respetarla a tiempo completo y no por meses. Por eso había tomado una decisión y le gustara o no, no podía dar marcha atrás. No debía. Por el bien de Vanessa.

- ¿En qué piensas? - le preguntó Vanessa mientras levantaba su cabeza para recargar su mentón en su mano, que se encontraba en el pecho de él. Shawn bajó la cabeza y la miró a los ojos.

- Sinceramente, en nosotros.

- ¿Ah, sí? ¿Y puedo saber qué piensas sobre nosotros? - le preguntó ella mientras alzaba la ceja derecha.
Shawn le acariciaba la espalda y el brazo que descansaba en el torso de él. Vanessa amaba sentir las yemas de los dedos de él por todo su cuerpo. En especial en su espalda. La tranquilizaban muchísimo. Cerró los ojos disfrutando de ellas pero los abrió en cuanto él dejó de hacerlas. Shawn suspiró.

- Sabes muy bien lo que pienso.

- Sí, pero no estoy de acuerdo.

- Vane... ya hablamos sobre esto. Estuvimos de acuerdo en que esta sería nuestra despedida. - le recordó él.

- Sé que sí pero no sabes cuánto me cuesta dejarte ir. Eres mi único amor. Te a... -Shawn la interrumpió.

- No digas que me amas. Ya hablamos de esto, Vanessa. Dijimos que no diríamos nada que hiciera esto más difícil. - le recordó Shawn mientras se separaba de ella para pararse y comenzar a vestirse. Vanessa nunca se sintió tan sola y fría.

- Es que no entiendo, si tan difícil es, no lo hagas. No hagas esto, mi amor, por favor.

- No seas tonta y no me digas esto. Es lo mejor. Debes encontrar a alguien que esté todo el tiempo contigo y no sólo un mes cada seis meses. No puedo darte esa vida. Te mereces algo mejor. Entiéndeme... - le interrumpió Vanessa.

- ¡No! Entiende tú, Shawn. Por más que tú me digas que esto es lo correcto y todo lo que quieras, no se siente así. Entiéndeme, te amo y no me importa no verte todos los días. Sí, me duele no estar viéndote pasear por mi casa o no poder salir contigo todos los días pero me duele más la decisión que tú tomaste. -le dijo haciendo énfasis en tú. Sentía sus ojos arder y casi no podía ver por las lágrimas que tenía acumuladas en ellos. Pero no podía llorar, debía mostrarse fuerte.
Shawn detuvo sus movimientos y se sentó en la esquina de la cama dándole la espalda. Recargo sus codos en sus rodillas y tomó su cabeza en sus manos.

- Lo siento mucho pero la decisión ya está tomada. - Vanessa no pudo más y dejó sus lágrimas caer para después levantarse con rapidez de la cama y comenzar a vestirse. - Vanessa, entiende por favor. Estarás bien. Encontrarás un hombre que esté siempre contigo.

- El único hombre que quiero que esté conmigo eres tú. No puedo creer que hagas esto. Lejos de hacerme un bien, me estás haciendo daño. - dijo ella mientras se terminaba de poner su blusa y secaba sus lágrimas bruscamente. Se recargó en el tocador y volteó a verlo. Le dolió el sólo pensar que en unos minutos él se iría para siempre y ella quedaría con el corazón hecho pedazos.

- Sabes que mi corazón es tuyo. Te amo, Vanessa. Y por eso mismo debo dejarte ir. Te mereces lo mejor del mundo y por eso hago esto. Sé que ahora no lo entiendes pero después lo agradecerás. - dijo Shawn mientras se levantaba de la cama ya vestido y se acercaba a ella. Le tomó el rostro en sus manos y pegó su frente con la de ella mientras cerraba los ojos. - Prométeme algo antes de que me vaya.

- Shawn... No. Por favor no hagas esto. - dijo ella mientras lloraba como una niña. Puso sus manos sobre las de él.

- Necesito hacerlo. Prométeme que pase lo que pase, serás feliz. Saldrás adelante y encontrarás al hombre correcto para ti. Prométemelo. - dijo con la voz entrecortada por el nudo en su garganta. Cielos, estaba siendo más difícil de lo que imagino. Le costaba mucho dejarla ir pero la amaba y la quería ver feliz.

- Lo siento pero no puedo prometer algo así. No cuando sé perfectamente que tú eres el hombre correcto para mí.

Shawn la miró directo a los ojos y se acercó para rozar sus labios con los de ella.

- Lo diré una última vez y recuérdalo siempre. Te amo con toda mi alma, Vanessa. Siempre lo haré y por eso te dejo ir. Ahora, bésame antes de que me vaya. - Vanessa cerró sus ojos con fuerza mientras sentía sus mejillas ardientes y húmedas por culpa de las lágrimas que estaban brotando de sus ojos. Tomó el rostro de Shawn entre sus manos y lo acercó a ella para besarlo con pasión y desesperación para después besarlo tiernamente y con amor. Los labios que tanto amaba y no volvería a probar. Se separaron por falta de aire y no tardaron en volver a juntar sus labios. Shawn dejó besos en todo su rostro para volver a besar sus labios. Se separó de ella y la miró a los ojos.

- Debo irme. Por favor, no olvides nunca lo mucho que te amo. Deseo que seas feliz. Adiós, Vanessa. - dijo antes de darle un abrazo fuerte y largo para después separarse y besarla con dulzura.

- También te amo mucho, mi amor. - dijo ella llorando.

Shawn salió apresuradamente por la puerta y la dejó ahí, en medio de su apartamento, sola y con el corazón en miles de pedazos.