Fue Cosa Del Destino {RE-SUBIENDO} / Yovana Pérez

Capítulo-05: "Es mi hermana"

DANIELA FERNÁNDEZ

Mi hermana desaparece al final del pasillo y finalmente Lucas y yo entramos a la habitación. ¿Adivinais quienes estaban ahí? Así es los hermanos Oviedo y en "pijama" por lo visto todo les queda bien.

—Hola, cazadores. –Los saluda y junto las cejas.

—¿Qué haces con Daniela? –La cara de Daniel expresa confusión igual que la mía.

—Es mi hermana. –Responde y el castaño cierra la boca.

—Quien lo diría. –Suelra Jesús,  desde su cama. 

—Por lo que veo os conocéis. –Los tres asoentem y pongo los ojos en blanco.

—¿Y tu hermana? –Alzo la cabeza para responder al mayor de los gemelos.

Estou por responder cuando escuchamos gritos en el pasillo y Jesús sale de la habitación a la velocidad de la luz.

—Tarde o temprano serás mía.

—Jamás. –Grita ella.

LAURA FERNÁNDEZ

Os estaréis preguntado, ¿quien es este chico? Bien, León era mi novio antes de marcharme y tal parece que el universo me odia píes me lo ha mandado nuevamente. Es un chico muy agresivo y su adicción a las drogas lo pone peor. Discutimos y me golpea haciéndome sangre en el labio. Intenta besarme y llega Jesús, gracias al cielo.

—¡Suéltala! –Le exige y León ríe

—¿Por qué tu lo digas? –Responde chulo y Jesús lo aparta de mi.

—No me gusta decir las cosas dos veces. –Explica.

Empiezan a discutir y aúnque trato de meterme para que se detengan no lo hacen y acaban a golpes. León esta tirado en el suelo y como puede se levanta. En ese momento agarro a Jesús para que no se le eche encima de nuevo. 

—Que no te vuelva a ver cerca de ella o no saldrás ileso. –Amenaza.

—Esto no se va a quedar así. –Me mira y agachl la cabeza.

Leon se marcha como puede y sin pensarlo abrazo a Jesús. Él me rodea con sus brazos y sonará extraño pero me siento segura, me siento como si estuviera en casa. Comienzo a llorar, tal vez de la impresión pues nuenca me ham gustado las peleas.

—Princesa, no llores. Ese idota no te hará nada. –Besa mi cabeza.

—Gracias. –Niega y sonrío haciendo una mueca de dolor.

—Vamos a mi cuarto para que pueda curarte ese labio. –Asiento.

Cuando estos frente a la puerta de su habitación me doy cuenta de que es la misma que la mía y río mentalmente. Ellos son nuestros compañeros de habitación. El castaño abte la puerta y entramos.