ㅤㅤ
doce.
ㅤㅤㅤ—¿Sakura? —volvió a preguntar, después de que yo no le respondiese—. ¿Qué haces aquí?
ㅤ—Akiyama se había desmayado... —le contesté, aún sorprendida de encontrármelo allí, pero no le conté nada más. Yo también quería saber qué hacía él allí—. ¿Y tú? No contestabas mis mensajes. Pensé que...
ㅤLas puertas del ascensor se empezaron a cerrar, así que Kai pulsó rápidamente el botón de nuevo, haciendo que se abriesen una vez más. Me agarró de la mano súbitamente y me sacó de dentro del ascensor, apartándonos del medio y quedándonos a un lado de este. Soltó mi mano más rápido de lo que me habría gustado.
ㅤ—Lo siento por eso —contestó, rascándose la nuca y agachando la cabeza. Ni siquiera me estaba mirando a los ojos. Tenía la vista clavada en el suelo—. No he estado atento al móvil estos días.
ㅤ—Por los exámenes, ¿verdad? —le pregunté. Esta vez sí que levantó la mirada. Estaba esperando que asintiese, que me despreocupase y me dijese que había tenido exámenes hasta el día anterior, porque eso significaría que no había pasado nada. Sin embargo, negó con la cabeza.
ㅤ—No especialmente —respondió. Su mano se alejó de su nuca y se la guardó en el bolsillo de su sudadera. Miró a ambos lados nerviosamente. Parecía incómodo y quise preguntarle por todo, pero no fui capaz de decirle nada. Por un momento pensé que estaba esperando a que me fuese, que le dejase en paz, pero volvió a hablar, inseguro—. Mi hermana pequeña lleva hospitalizada una semana. He tenido que estar con ella y por eso no he podido avisarte. Lo siento, Sakura.
ㅤLo miré detenidamente y me fijé por primera vez en las ojeras bajo sus ojos. Ese brillo característico había desaparecido y casi podía leer el cansancio en ellos. Me regañé a mí misma por no haber estado más encima de él. Había estado preocupado por su hermana durante toda una semana y yo ni siquiera lo sabía, así que no había podido apoyarlo.
ㅤ—¿Qué haces? —le pregunté y él se sobresaltó—. ¿Por qué te disculpas? Ni se te ocurra volver a hacerlo. Y mucho menos por esto —le señalé con el dedo causándole una sonrisa—. Ni siquiera estoy molesta —hice un gesto con la mano para hacerle saber que no tenía importancia—, solo estaba deseando hablar contigo.
ㅤSacó su mano del bolsillo y agarró la mía. Se formó una pequeña sonrisa en mi cara involuntariamente. No sabía lo mucho que estaba deseando que hiciese aquello.
ㅤ—¿Cuánto llevas aquí? —me preguntó. Había perdido la noción del tiempo por un momento, por lo tanto, miré el reloj de pared a un lado del ascensor y le respondí.
ㅤ—Una hora como mucho.
ㅤ—Vete a casa ya —me dijo. Sus dedos acariciaban la piel de mi mano suavemente. Eran movimientos casi imperceptibles, pero formaban escalofríos en mi cuerpo—. Te prometo que te llamaré más tarde.
ㅤDudé un segundo sobre lo que me estaba diciendo, pero no quería volver a casa después de saber que su hermana estaba allí. A pesar de estar cansada, no pensaba dejarlo allí solo. Negué con la cabeza en respuesta y él me miró confundido.
ㅤ—Déjame ver a tu hermana —le dije mientras sonreía. No sabía cómo o qué me contestaría. Por unos segundos su rostro se mantuvo inexpresivo, seguramente porque estaba debatiendo mentalmente lo que le acaba de decir.
ㅤ—¿Seguro? —respondió finalmente, casi como si le diese miedo que viese a su hermana.
ㅤ—Seguro —le contesté convencida—. Quiero conocerla —añadí rápidamente. Entonces fue cuando la confusión de su rostro desapareció y sonrió—. Nunca me habías hablado de ella.
