Querido Uriel...

Capitulo 1.

Suena el despertador y como de costumbre, lo apago y me levanto a la primera. Nunca me ha gustado ir con prisas. Pero como toda chica de casi 20 años, miro el movil antes de levantarme de la cama.

Y como siempre, solo tengo unos mensajes de Raquel de la noche anterior. 

Dejando el movil a un lado, me levanto y entro en mi baño. Si, tengo baño propio. Me lavo la cara y me aseo. 

Despues de darme una ducha rapida, voy al armario para elegir que me voy a poner esa mañana que amenazaba con llover, y fuerte. Unos vaqueros y una sudadera basica estara bien. No es nada complicado.

Y no os voy a aburrir mas con mi rutina mañanera, creo que mas o menos todos tenemos la misma. Y no, no dire que voy a bajar a desayunar con mi maravillosa familia y mi estupendo hermano. 

Primero, porque mi familia esta rota, muy rota. Segundo, soy hija unica.

Mi familia esta rota por un tema que yo odio mucho, el dinero. Si, es verdad,  he crecido en una familia con mucho nivel economico, pero no me gusta nada. No quiero la vida que tienen mis padres. Solo tienen amigos interesados, practicamente igual que la familia, todo lo solucionan con dinero, no saben hacer nada por su propia cuenta, y siempre preocupados de una imagen impecable. Por ese ultimo motivo, mi madre y yo no nos llevamos demasiado bien.

A mi no me importa ir con un chandal o sin maquillar, pero para ella eso es un mundo y en cuanto me ve salir asi a la calle se pone de los nervios. Creo que se piensa que es la mismisima reina o algo similar. Por eso casi siempre intento evitarla al salir de casa, para que no vea como voy vestida. 

Pero no siempre es asi, yo tambien tengo mis momentos en los que me gusta verme maquillada, peinada y perfectamente vestida. Pero no cada dia. 

En cambio con mi padre ni siquiera intercambiamos palabras. Desde siempre el ha estado muy ocupado con su trabajo. Oficina arriba, oficina abajo. No le conozco realmente. No tengo ningun recuerdo de el cuando era pequeña. Y ahora es igual, tampoco pasa nada de tiempo en casa, y cuando puede quedarse a comer en casa le llaman que ha de ir a una reunion corriendo. Mi padre es el jefe de una cadena de television. Lleva varios canales, asique es normal que cada dia ocurra algo. Lo que no es normal es que se olvide de que tiene una hija. Aunque, ya estoy acostumbrada. 

Despues de daros la lata un poco con mi historia, podemos continuar el dia.

No, no estoy en una carrera, y creo que ese motivo es otro por el cual mi madre me odia.

Me formo en danzas urbanas, lo que siempre me ha gustado. Y tambien soy profesora de lo mismo en una pequeña escuela.

Por suerte, encontre donde poder formarme de lo que yo queria sin tener que perder de vista a Raquel, estudiando en la misma universidad. Raquel es mi mejor amiga de siempre, y si ya la llego a perder a ella este año creo que me muero. 

Cuando me ve llegar sonrie. Ella sabe toda mi situacion en casa, y me entiende, aunque dice que me tiene envidia por todo lo que tengo material. Creo que nunca llegas a saber del todo que lo material no sirve para nada, hasta que lo tienes. Es un poco contradictorio con lo tipico que dicen "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes".

Pues para mi seria algo como "no sabes lo que no necesitas hasta que lo tienes". Yo no necesito ni la mitad de cosas que tengo, practicamente todas esas cosas que no necesito, ni las uso. 

- ¿preparada para darle la bienvenida al verano y a las vacaciones? - Me pregunta Raquel, a la vez que me pasa su brazo izquierdo por encima de mis hombros y caminando en la misma direccion que yo.

Es verdad, ese era el ultimo dia de clases. Que bien, podre pasar mas tiempo en casa con mis "adorables" y "cariñosos" padres. 

- Ah, si, que bien. - poco entusiasmo puse al decirlo.

- Vaya, yo creo que tu entusiasmo ha conseguido que hasta el profesor de quimica se desmaye.

Según las historias que me contaba Raquel de sus clases, ese profesor, era inmune a cualquier olor. Mientras que, sus alumnos, se desmayaban al oler quimicos demasiado fuertes.

Pasamos dentro de la escuela y fuimos a la cafeteria. No puede faltarnos el cafe de primera hora, a no ser que queramos dormir en clase, que no es mi caso. Le pedimos nuestro cafe diario a Isabel, la camarera de las mañanas,  y tambien se despide de nosotras hasta el curso que viene, ya que su turno termina a las 10:00 y no estara en nuestro descanso.

- ¿que haras este verano? Habia pensado que podrias venirte con mis padres al camping que vamos siempre. Creo que te lo puedes pasar bien, mi grupo de amigos son... - antes de que pueda continuar, la interrumpo

- No ire Raquel, llevas años invitandome a ir. Siempre te digo lo mismo, mis padres no me dejan ir, creen que no tiene el "caché" suficiente, como si ellos fueran los reyes del mundo. 

Raquel me pone la misma mirada que pone cada vez que me invita a ir y yo tengo que rechazar la invitacion. Yo solo me dedico a remover el cafe para disolver bien la sacarina.

- Pero ya eres mayor de edad, ya tenemos 20 años. ¿No crees que ya puedes decidir por ti misma? Yo creo que deberias de comenzar a tomar tus propias decisiones, te equivoques en ellas o no. Pero no puedes hacer siempre lo que te digan tus padres. ¿acaso sabes toda la diversion que te estas perdiendo? En el camping, y no es porque vaya yo, te lo pasarias super bien. Disfrutarias de lo que es la libertad.

Despues de todo ese discurso, clavó su mirada en mi, esperando una respuesta. No es que no quisiera responderle, es que no sabia que decirle, porque realmente tenia razon. Nunca he salido porque mis padres creen que no tengo amigas lo suficientemente buenas y de "calidad", de vacaciones solo vamos a hoteles de 5 estrellas, con todo incluido y ni siquiera salimos de las instalaciones, no vamos a la playa porque, segun ellos, teniendo piscina privada no nos hace falta ir a lugares publicos. Estoy cansada de que mi vida vaya al rededor de una moneda. 

- Ya me responderas cuando quieras, pero a lo mejor cuando te des cuenta es demasiado tarde.

Raquel no me dio opcion a decirle nada, directamente se levanto y se fue, dejando el cafe casi entero encima de la mesa.