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Solo bastó un segundo de distracción, para que Amanda y Maia se fueran y dejaran solos a Valentin y a Afra juntos. Y es que ahora entendía todo. Valentin era quien su madre le quería presentar, y no podía creer que esas dos mujeres hayan hecho ese plan para engancharlos a los dos.

—¿Te puedo pedir un favor?— Habló por primera vez Valentín y Afra asintió, bastante tímida. —¿Te podes fijar si podes abrocharme el botón del saco? Mi vieja me hincha con que quiere que esté cerrado al menos cuando mi hermana entre. Lo estaba haciendo ella pero se fue.

—A ver. —Dijo y se acercó a él.

Podia oler el perfume que tenia puesto, y era muy rico. Nunca había olido ese perfume, es que estaba acostumbrada al perfume de su ex.
Batalló un poco para cerrar el saco, es que el agujerito era bastante pequeño y el botón no entraba.

—Listo. —Murmuró y se alejó.

—Gracias.— Dijo mirando el botón abrochado.

—Me voy a la mesa.— Dijo Afra, dando media vuelta y buscando donde estaba la mesa que le tocaba.

—¿En cuál estás?— Escuchó detrás suyo y volvió a ver a Valentín. —Bueno, perdón.— Levantó los brazos al ver la cara de orto le puso. —Hace como cinco minutos que estás dando vuelta.

—¿Qué me miras?— Dijo a la defensiva y él se rió.

—No te miro, pero sos la única boluda que está caminando por todo el salón. —Afra rodó los ojos.

Sabía que Valentín era un pelotudo, tenía actitudes de mierda y sabía que se creía el superado y el malo por haber repetido de año. Y le parecía tremendo boludo.
Los típicos chabones que se creen únicos y diferentes y al final, son todos iguales.

—Pará, pará, es joda, che. —Dijo Valentin agarrandola del brazo porque volvía a caminar.

—Sos medio confite creo. —Se cruzó de brazos.

Valentin trató de no mirar su escote, es que cuando se cruzó se brazos, sus tetas se juntaron y se subieron, de reojo podía verlo, en su cabeza se repetía "piensa en la biblia, Ned."

—Bueno, perdón.— Bufo él. —Igual estás de mal humor.— Se quiso reír.

—En tu vida me hablaste y ahora flasheas confianza. Que vayamos a la misma escuela no significa nada.

—Bueno, dejalo ahí. —Dijo sin interes. —¿Te ayudo o no a buscar tu mesa?

—Mesa diez.— Murmuró casi entre dientes, no queriendo admitir que de verdad necesitaba su ayuda.

—Vení. —Afra lo siguió hasta la mesa y cuando llegaron, él se la señaló.

Se sintió una estúpida. Había pasado por esa mesa unas cinco veces y no vio el cartel, o estaba tan distraída que ni lo notó.

—Gracias.— Dijo ella y eligió un lugar y se sentó, poniendo su sobre en uno que estaba al lado de ella para guardarme lugar a su mamá.

—De nada. —Dijo él y se fue.

Afra vio como se alejaba. Claramente es insoportable y confite. Si, estaba de mal humor pero eso no le daba el derecho a él que ni la conocía para hablar así de ella.
Agarró su celular y les contó a sus amigas quien estaba en el cumpleaños de quince con ella.
Y en vez de apoyarla y decirle que es un pelotudo o que no sabían que era así, la alentaban para que se lo encare. Bufo y las mandó a la mierda, no lo iba a encarar, primero que no tenia ganas, segundo para estar con alguien con él la tenían que matar. Ya le había caído mal y estaba claro que sus actitudes indicaban peligro. Aunque se veía tierno con el traje, sabía que podía ser cualquier cosa menos tierno.

Su mamá fue a la mesa y vio a Afra sentada mirando el celular. Se sentó al lado de su hija y ella la miró mal.

—Mamá, te dije que no quería que me presentes a nadie y vas y me presentas a ese pelotudo.

—Yo no te presenté a nadie.— Sonrió.— Bueno, si, era él,  pero ahora dio la casualidad de que fuimos invitadas al cumpleaños de su hermana. —Se encogio de hombros.

—Si, me imagino...casualidad. Sos terrible, mamá. —Negó sonriendo y mordiendose el labio.

—Decime si no es lindo. Se van a ver hermosos juntos. —Junto sus manos y le miró emocionada.

—Sea lindo o no, es un estupido. Arrancó mal, y no me gusta que sean así, además quiero estar sola un tiempo.

—Bueno, pero mientras estás sola podes conocerlo.

—¡Mamá! Vos si que no tenes tacto.

—Bueno...sh, que ya entra la cumpleañera.

Rodó los ojos y miró hacia la puerta, que era el único lugar iluminado del salón.
En un costado estaba Valentin con sus papás, mirando la puerta para ver cómo entraba la cumpleañera.
Ella entra y todos aplauden, tenía puesto un vestido rosa bebé, con mucho tul y brillitos por todos lados.
Afra luego de ver el vestido de la chica que acababa de conocer se sienta de nuevo y agarra el celular. Sabía que iba a ser una noche larga.

💫
Cualquier parecido con nena bien es pura coincidencia ahre


sólo por ahora ; wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora