Como olvidar lo ocurrido y lo vivido. Es una de las desventajas de tener conciencia, nos trae recuerdos que deberíamos haber abandonado en el rincón de nuestro pasado porque se supone que la mayoría son repugnantes, por lo menos hablando por mí.
Veo como Laurent acompañada de aquel chico termina de salir del bar y yo sólo me quedo sentado en la barra mirándolos como se marchan a pasos firmes y apresurados. Sé perfectamente a donde van.
Me levanto de mi asiento lo más rápido que puedo y mi cabeza empieza a darme vueltas, tengo unas ganas interminables de vomitar.- ¡Maldición ! No se pueden ir aún, no sin mí- susurro mientras tomo mi abrigo de la mesa y a tropezones trato de ponérmelo.
- Orlands no hagas un desajuste en esos dos, sé muy bien lo que quieres hacer - me dice Amanda acercándose a mi para devolverme al asiento.
- Créeme mis intenciones son otras y no empezaría por ellos dos- susurro en su oreja - Tómame por tonto, todos dicen que estoy loco.
- No estás loco, ebrio si , pero loco jamás. Es hora de irme a casa Orlands, te acompañare a la puerta - Amanda va vestida con un vestido negro ceñido al cuerpo, zapatos de tacón alto y sus labios carnosos están pintados de un rojo intenso. Dentro de mi ebriedad puedo aún apreciar la exquisita belleza y atributos que tiene para ofrecer, por eso no me resisto cuando me toma del brazo delicadamente y ambos nos aproximamos hacia la salida.
Las llaves tintinean mientras ella les da vueltas en el pestillo, logrando en el primer intento cerrarla del todo.
- ¿ Tienes algo que hacer hoy Amanda ? Dime si no puedes, no lo tomaré a mal- digo en un tono calmado a pesar de que estoy un poco mareado, ya debería haber estado hablando estupideces pero hoy no estoy lo suficientemente ebrio, doy gracias a ello.
- La verdad no y nadie me espera en casa pero podría acompañarte a tu hogar, así me aseguro de que hayas llegado vivo, y que no te hayas ahogado en tu propio vómito - me propone mientras vamos saliendo del callejón en donde está situado el bar .
- Gracias por tus deseos- le respondo irónicamente.
Mientras vamos caminando por las calles de Florencia, cada minuto , cada vez que doy un paso no puedo dejar de pensar en Laurent y el aquel asqueroso renacuajo con el que anda. Muchos cuestionamientos divagan por mi mente, pequeños intrusos les llamo.
No se cuanto tiempo pasa mientras que vamos en silencio recorriendo las calles cuando rompe el silencio la voz de Amanda, suena tan cálida y melodiosa, como si los mismísimos ángeles cantaran.
- Hoy te puedes sostener en tu propio pie - me comenta mientras me mira con sus hermosos ojos verdes, logrando sacarme de mis profundos pensamientos. La brisa alborota su cabello castaño y ella no lo detiene, no sé por qué Laurent si me importa más en este momento en vez de importarme aquella persona que por alguna razón le interesa como yo llegue a casa.Por eso me resulta tan extraño y caótico como actúa la cabeza humana, nos importa más alguien que asume que no existimos que otra que esta ahí en todo momento, apoyando en cualquier circunstancia colaborando con lo que haga falta, en fin, al final nos importa una mierda lo que hagan los demás solo por mantenernos felices.
Declaro la mente la cosa más interesante y a la vez absurda del planeta.
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El pianista
ParanormalDesde que conocí lo que la palabra "idealismo" tenía para ofrecerme supe que no me convendría para nada y decidí ir más allá. Considerar que el mundo y la vida tendrán patrones de armonía y perfección para con nosotros mismos es absurdo. Sólo mírenm...