Resumen: A principios del siglo XX, el Espíritu de Chicago fue la mayor organización criminal anómala del hemisferio occidental. Con sede en Chicago, Illinois, la influencia del grupo se extendió a la mayoría de las principales ciudades de Estados Unidos, en particular Nueva York, Boston, Nueva Orleáns y la ciudad estado extradimensional de Tres Portlands. El Espíritu era reconocido por reclutar individuos con capacidades anómalas, así como por la creación y explotación de artefactos anómalos para utilizarlos en sus actividades delictivas.
El Espíritu fue fundado en 1895 por Richard D. Chappell, residente de Chicago y dueño de un bar, quien era un individuo anómalo. A pesar de años de esfuerzos, la Fundación siguió sin tener éxito en sus intentos de suprimir el ascenso al poder de Chappell, debido en parte a sus limitados recursos en ese momento como resultado de una crisis interna en curso. En enero de 1919, la Fundación suspendió oficialmente toda oposición contra el Espíritu de Chicago para asegurar su cooperación en la prevención de la propagación de scp-2680. Una vez que se le permitió operar sin impedimentos, el Espíritu floreció hasta convertirse en un sindicato nacional y eventualmente se transformó en una fuerza impulsora en la distribución ilegal de alcohol durante la Era de la Prohibición.
Gracias al éxito de sus negocios de contrabando, el Espíritu de Chicago continuó acumulando poder sobre los mercados y la política norteamericana a lo largo de la década de 1920, y la Fundación se vio obligada a poner fin a su tregua con el grupo con el fin de evitar la disolución completa de la normalidad científica. El 11 de julio de 1933, Richard Chappell fue finalmente capturado por los operativos de la Fundación tras una incursión en la base de operaciones del Espíritu. En ausencia de su líder, el grupo se desestabilizó gradualmente, y la mayoría de sus miembros y activos fueron adquiridos por otras organizaciones. A partir de 1938, la Fundación considera oficialmente que el Espíritu de Chicago ya no existe.
Sin embargo, los rumores de la supervivencia continua del Espíritu han persistido en las décadas subsiguientes. Se han descubierto varios artefactos que implican la participación del grupo, aunque todavía no se ha probado un vínculo concluyente. Además, pruebas recientes han revelado el surgimiento de un Nuevo sindicato que se autodenomina "El Espectro de Chicago", que parece operar principalmente en comunidades clandestinas anómalas. La investigación de este grupo y sus conexiones con el Espíritu original (si las hay) están en curso.
