Fantasia peligrosa✴

El encierro

Richard Bañéis príncipe y pronto rey no podía casarse con una muchacha como Amenet Queriteli por que no era de la misma cuna que el, eso decían. Ellos dos se amaban el hacia todo lo que podía para ir a verla en las noches cuando no vigilaban mucho. Amenet iba a tener a un bebe, claro que ellos no sabían que iba a ser. Los reyes padres de Richard descubrieron su secreto y querían matar a Amenet. Richard se la llevo tan lejos como pudo el caballo en donde se fugaban. Muchos de los sirvientes los querían demaciado tanto que los siguieron. Los reyes mandaron una carta informando que darían todo lo que necesitaran la niña y Amenet incluyendo sirvientes y educadores, viviría como una princesa pero con la condición de que Richard regresara y ellas jamas salieran de ahi. Si no aceptaban tinian la opción de morir y Richard no quería separarse de ellas ni que las asesinaran. Tuvo que aceptar, era tanto el amor que se tenían entre ellos que no paraban de besarse y abrazarse se lo llevaron arrastrando y a Amenet embarazada en un carruaje gritando y llorando de el dolor que sentía. El carruaje anduvo por dos días. Pararon en donde lo único que se veía era una barda que comenzaba a llenarse de plantas el jinete ayudo a bajarse a Amenet. Esa seria su casa por lo que le quedara de vida. Era un cuadro grande de tres pisos siete cuartos a lo ancho y cuatro a lo largo. Grande pero alrededor de la casa solo se podía ver la gran barda con sus plantas. Habían algunos arboles frutales y pinos. Amenet y Richard todas las noches se pensaban con lágrimas en los ojos. Pocos días antes de dar a luz Amenet quería salir de ahí e ir a buscar a Richard no podía mas si el. Por mas que busco no había ninguna salida. Al verla asi las criadas la consolaban y trataban de tranquilizarla. Una de ellas dio un té caliente a Amenet y ella durmió tranquila pero cuando despertó notaba todavía lo caliente del té y lo notaba cada día más. Ella no lo soportaba mas gritaba del dolor y no sabían como ayudarla. Empezó el trabajo de parto y cuando vio a la bebita brillaron sus ojos le dio un beso pero no vivió más de una hora después. Sepultaron a Amenet entre Charles el jinete, los dos agricultores Henry y James y el encargado de los animales Patrick. Hicieron una despedida entre todos y mandaron una carta para el príncipe o ya rey Richard explicando lo ocurrido. Recibieron una carta de repuesta pidiendo que cuidaran muy bien de su princesita que le digan Samantha y que le dieran todo el amor que sus padres no le podian dar. No le permitieron ir pero envió muchos juguetes y libros para su niña. El clima en la casa grande escondida del bosque era fresco en verano y muy helado en invierno. En silencio merlina, la criada que le dio el té a Amenet preparaba a las bardas para que en el futuro estén listas para Samantha...