-Así es como te gusta que te traten eh- otro golpe se escucho acompañado de un gruñido.
-¿Quieres que salte sobre ti? Dijo con voz seductora el de cabello plateado –se que te gusta que lo haga, ¿quieres venirte dentro mío mientras salto sobre ti?
Otro gruñido se escucho y luego de un largo suspiro todo quedo en silencio.
-Mierda Mochi, estuviste más intenso esta vez, me he corrido como un caballo.
Una dulce risa salió de la boca del platinado mientras mordía y jugueteaba con uno de sus labios. –Ese es mi trabajo, ya sabes Hyo, llámame de nuevo cuando lo necesites, cobrare al número de tu tarjeta de crédito- lanzo un beso y colgó la llamada.
Mochi no era su nombre, utilizaba ese seudónimo para poder ocultar su identidad entre los chicos pubertos y calientes o los viejos rabos verdes que no conseguían una cita y necesitaban algún favor para poder resolver uno que otro problemita entre sus piernas, en realidad era un chico demasiado guapo, que atraía las miradas de todo aquel que pasara a su lado, no importando si eran hombres o mujeres. A pesar de su perfecto físico, adorable y sexy rostro había jurado así mismo no acostarse con nadie hasta encontrar a lo que comúnmente llaman como ¿la otra mitad?, ¿media naranja?, a decir verdad ya hasta había perdido el interés en lo que llaman amor, luego de muchas relaciones e intento de las mismas que habían resultado en un completo fiasco, nunca fue utilizado, la completa experiencia en el bajo mundo le había enseñado que siempre debía de ir un paso delante de los demás, así que antes que eso ocurriera, dejaba a sus parejas o simplemente desaparecía, sus favores sexuales únicamente los brindaba a través de la línea telefónica, negocio que emprendió luego que una de sus ex parejas le mencionara que su voz era muy sexy y tenía todos los atributos para trabajar en uno de esos negocios; nunca conocía a sus clientes en persona, era una de las reglas de oro que mantenía pegada entre sus dos cejas, además de no involucrarse con alguno de ellos.
Su vida era más sencilla de lo que parecía, el negocio por las tardes en su casa y una que otra hora por la noche que obviamente cobraba extra, mientras que por las mañanas le gustaba mostrar su lado tierno trabajando en un refugio para animales. Luego de terminar la llamada se dispuso a revisar su celular, tomar una que otra selfie y cocinar algo, dejo el celular volviéndolo a tomar cuando este comenzó a sonar.
-¡Jimin! Necesito de tu ayuda.
-Sí, hola mejor amigo ¿Cómo estás?, yo muy bien ¿y tú?, me alegra mucho saludarte.
-Aiish ¡¡¡¡JIMIN!!!! Es en serio.
-Recuérdame desde ahora reemplazarte por alguien más educado y que si le importe como estoy.
-Jimin... Acabo de verte hace como 4 horas, ¿Por qué siempre eres tan dramático?
-Si, si, ya. Dime, ¿Cuál es ese favor que necesitas?
-Esa era justo la respuesta que quería escuchar hermano del alma... Recuerdas ese chico del que te conté y que...
-¡Sí! Y que no has dejado de mencionar durante toda la semana...- suspiro escuchando a su amigo del otro lado del teléfono.
-Pues ¿Qué crees?, le pidió a uno de mis hermanos mi número de teléfono y ahora me escribió, no sé qué contestarle.
-¿En serio me hablas para eso? ¡¡Taehyung!!
-Anda Jimin, no seas malito- hizo un puchero pese a saber que no lo estaba viendo. –tú sabes... Somos de ese 00000000.00001% de chicos que a pesar de estar muy guapos están solteros, ayudameeeeeeeee; anda di que si, por favor, por favor, por favoooor.
Su amigo comenzaba a hacerle berrinche del otro extremo y suspiro, -bueno, ya que, ven a casa y responderemos juntos-
-Wooo ¡TE AMO!... voy corriendo... Ahh por cierto, alista tu cama, que hoy dormirás con compañía, le avisare a mamá que me quedare contigo.
-Tae, no corras mientras bajas las escaleras...
-¿Cómo sabes qué...?
-Tae... soy tu mejor amigo.- escucho una sonrisa y correspondió a ella con el teléfono en la mano. -Ten cuidado y nos vemos aquí
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🔥 Hot Line 🔥
Fanfiction-¿Pueda que en algún lugar del mundo, en el rincón más pequeño, encuentres a esa persona que tanto deseas, ¿no lo crees? - Siempre y cuando no llame por las noches para intentar convencerlo con mis habilidades.