Digna

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Lo había arruinado.

Sus hijos se odiaban.

Y todo gracias a ella...

Si hubiese sido igual de amorosa con ambos, en un principio quiso culpar a Cordelia, pero poco a poco con el tiempo se dio cuenta... Si hubiese hecho oídos sordos y no se dejaba provocar, nada de eso habría pasado.

Sus hijos la rechazaron, ya no tenía a quien acudir, estaba sola, triste y vacía. Nadie estaba con ella, nadie la quería.

Se enteró del embarazo de Cordelia, quiso ir a felicitarla, pero no pudo, su tristeza no la dejaba siquiera moverse y lo pensó.

«Si ella pudo... ¿Por qué yo no?»

Lo hablo con KarlHeinz, fue su primer y único esposo, así que no se lo pediría a nadie más, este por su parte, aceptó. Tal parece que tener una niña, le gusto y no le molestaba tener otra.

Y así fue, dos semanas después se llevó la feliz noticia de que estaba embarazada. Los meses se fueron volando y el nacimiento del bebé estaba cerca.

Semanas después, nació una bebé.

†††

Era adorable, ella la miraba, no se cansaba de hacerlo ¿Quién podría? Tenía una belleza indescriptible.

KarlHeinz no espero mucho y vio a su nueva hija, la adoró, diciéndole lo hermosa que le resultaba la bebé.

Por otro lado, Shuu y Reiji se presentaron para conocer a su nueva hermana. Reiji la cargo entre sus brazos cuando esta estiro sus manitas hacia el, debía admitir que era linda y Shuu, bueno el se asomó para mirarla dormir en la cuna, mencionó algo de que la prefería de esa forma, así no lloraría en cualquier caso. Ellos no dijeron nada dirigido a su madre, solo preguntaron su nombre, después de ahí, entre los tres no hubo interacción.

Kata.

Esa fue su respuesta, para ver como ambos jóvenes, se marchaban. No podía decir que estaba sola o que se sentía mal por la indiferencia de sus hijos, por alguna razón, se sentía completa, feliz... Viva.

†††

Ambas fueron llevadas al castillo con KarlHeinz por un tiempo breve, a petición de esta misma, no quería problemas con Cordelia. Más se cruzaron una vez, ella con su bebé que se dirigía a los jardines mientras Cordelia se dirigía con unos regalos a la habitación de su hija entre estos un gato de peluche, para su sorpresa, la voluptuosa mujer de cabello morado, que antes miraba con desprecio los regalos, le sonrió y siguió con su caminó.

Fue extrañó y algo que la alivió, más seguía deseando estar a solas con su bebé y KarlHeinz lo cumplió. Las llevo a ambas a una mansión que tiempo atrás había conseguido, pero que después se percató que era algo pequeña, junto a un equipo de criados se instalaron en la mansión sin problema. Recibiendo algunas visitas de KarlHeinz que deseaba ver a su hija.

†††

Ya con 2 años había comenzado a caminar o al menos eso intentaba, su cabello comenzó a crecer bastante rápido dándole unas largas y suaves hebras doradas que enmarcaban sus grandes ojos celestes.

Beatrix disfrutaba el tiempo con su pequeño tesoro, y al parecer, a Shuu y a Reiji también.

No es como si a ella le molestará que se llevasen bien o que ellos la visiten con frecuencia, nada de eso, solo le asustaba el hecho de que su pequeña se enterase de que ella no siempre fue una buena madre, tal vez la odiaría o no la trataría igual, ya que su pequeña Kata tenía un sentido de justicia muy firme para su corta edad, estaba segura de que la pequeña no vería con buenos ojos la actitud de su madre en el pasado.

La hija de Beatrix SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora