El bar (olivarry)

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#basado parcialmente en un secreto de MI SECRETO

Si había algo que solía disfrutar, era la soledad en momentos adecuados, me gustaba ir a un bar y pensar; mientras tomaba una bebida, escuchaba algo de la música y disfrutaba de los momentos que tenia para poder ser solo yo, no preocupándome por la empresa y los problemas que conllevaba estar a cargo.

Un habito que se me había hecho costumbre desde hace unos meses era ir al bar que estaba a la vuelta de la empresa y observar la particular pintura que estaba colgada en la pared mientras disfrutaba de un Martini o una bebida nueva, su significado aun me era confuso quizás solo sea un charco de pintura que fue considerado arte, pero era enorme y ocupaba casi toda la pared...enigmático.

Hoy era un vienes como cualquiera, pedí un Cosmopolitan y me dedique a mirar la pintura sin siquiera prestar atención a mi alrededor hasta que alguien tapo mi campo de visión, al levantar mi vista un chico alto, castaño y unos ojos verdes me miraba con nerviosismo, era lindo eso no podía negarlo, pero no estaba interesado en tener sexo con un desconocido el día de hoy así que lo único que hice fue levantar un poco una de mis cejas interrogándolo silenciosamente

-yo...eh...lo siento que te moleste, solo que a mi novia le incomoda que la estés mirando fijamente así que-veo como su mano va a parar a su nuca en señal de nerviosismo-te pediría que dejes de observarla-desvió mi vista nuevamente viendo que por lo visto la pareja estaba sentada en una mesa cerca de la pintura, ni siquiera me había percatado de la chica, no sabía realmente si molestarme o reírme y explicarle la situación, pero el chico se me había hecho interesante, sonrió mientras me levanto dejando un billete en la mesa me acerco a el

-no la estaba viendo a ella, te estaba viendo a ti-le susurro de forma sensual cerca de su oído que rápidamente adquiere un tono carmesí, saco una de mis tarjetas y agarro mi saco-llámame-le entrego la tarjeta con una sonrisa coqueta y salgo de ahí dando un ultimo vistazo al chico sonrojado tras mío

Meses después...

Volteo el ultimo de los panqueques mientras termino de acomodar el jugo de naranja y la miel de maple con chocolate, veo que el panqueque esta listo y lo saco mientras lo pongo con los demás. agarro la bandeja y me encamino a la habitación rozando con la ropa esparcida en el piso, me siento en la cama dejando el desayuno en mi velador, me inclino levemente mientras lo veo dormir acaricio levemente sus cabellos mientras el se remueve abriendo lentamente sus ojos

-buenos día ollie

-hola Barry-me acerco depositando un casto beso en sus labios mientras siento una sonrisa formarse en su rostro

- ¿Qué es lo que huele tan bien? -se acomoda apoyándose en el respaldar de la cama, haciendo que las sabanas se deslicen por su cuerpo mostrando algunas mordidas y chupetones

-hice el desayuno-levanto la bandeja colocándola entre los dos

-gracias ollie-veo como comienza a comer, quizás lo ha olvidado- ¿Qué hora es? -no, no lo hizo

-ni idea, pero es un día perfecto para pasarlo aquí, quizás pueda cocinar algo y no lo sé...quizás repetir lo de anoche

-ollie-me sonríe suavemente-debo partir a Gotham a mediodía, es un caso importante y el capitán Singh cuenta conmigo

-pero... ¿no pueden mandar a alguien más? O... – siento uno de sus dedos posándose en mis labios suavemente

- ¿Por qué no quieres que vaya? -sujeto sus manos entre las mías

-me aterra que conozcas a alguien más, a alguien mejor porque si lo piensas tu y yo comenzamos con un caso así y pues...

-ollie-me sonríe mientras se acerca dejando un suave beso, y no puedo evitar pensar en nuestra historia una que inconscientemente comenzó esa noche en el bar hace casi 11 meses, donde un coqueteo inconsciente cuyo único propósito era avergonzar un poco al chico que en ese momento nunca creí que volvería a ver pero la vida me sorprendió cuando dos meses después en Queen Consolidated sucedió un robo demasiado extraño, tanto que necesitábamos ayuda del mejor científico forense que supiera tratar con este tipo de casos y extrañamente solo había uno, uno que vivía en otra ciudad y que tenía un nombre de lo más peculiar "Bartolomé Henry Allen" que al momento de escucharlo me imagine a un hombre mayor, viejo y malhumorado.

Un Poco De Todo... (ARROWVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora