cuatro.

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Yoongi gemía. Gemía alto y suave. Sus manos pasaban de su cadera hacia la espalda ancha del tez canela, sintiendo la textura de su piel que hacía a sus manos arder, y temblar de anticipación. Era tan suave. Volvió a gemir, rasguñando la espalda de Taehyung cuando este comenzó un vaivén con sus caderas, creando una lenta fricción de sus entrepiernas. Yoongi alzaba sus estas arqueándose cuando se encontraba con el bulto Taehyung, notando la dureza que traía en sus pantalones.

Mientras que Taehyung sólo podía sentirse maravillado; hipnotizado por el cuerpo blanquecino que tenía a su merced, gimiendo su nombre. Esparciendo cada letra de su nombre como si su vida dependiera de ello. Yoongi estaba sumergiéndose profundamente en el corazón y alma de Taehyung, y como si no lo hubiera hecho antes, no le importó y siguió dejando largos y húmedos besos por toda piel que encontrara.

A pesar de las ganas incontrolables que tenían de poder sentirse ambos: querían que este momento se alargara. Que sea un momento en el que siempre recuerden lo íntimo que llegaron a ser.

Porque ambos sabían, por sus acciones, que no era reciente esto, que no era sólo un polvo como cualquier otro.

Lo sabían por la forma en que Taehyung lo besaba, diciendo algún que otro cumplido, endulzando el corazón de Yoongi con palabras de sinceridad. Lo sabían por la forma en el que Taehyung lo miraba y se encontraba con la mirada de Yoongi, los cuales se encontraban brillosos de lujuria pero si te fijabas con precisión, aquellos ojos abrían una especie de puerta a sus más profundos sentimientos. Ni hablar de las sonrisas que se sentían a través de los besos que Yoongi le deba.

—Me encantas... ¿sabes? —decía Taehyung mientras se escabullía en el cuello del peli blanco, dejando un camino de largos besos húmedos—. Siempre ha sido así Yoongi, siempre...

El corazón de Yoongi latía desenfrenadamente.

—Te he esperado tanto, amor. —y lo besó nuevamente. De una manera profunda, lenta como si tuviera todo el tiempo del maldito mundo. Robándole el poco aliento que había obtenido Yoongi.

El pálido arqueó sus caderas, cuando Taehyung iba pasando su mano de su pecho, hasta su erección, que se sentía pesada, dura y caliente a través de la tela de sus jeans. El peli blanco abrió aún más sus piernas buscando más contacto, mientras que el peli marrón se posicionaba frente a él: adorando cada quejido que salía de su pequeña boca.

—Tan bonito hyung. Me vuelves loco. Más que nunca.

Fue sacándole sus jeans. Dejando a la vista aquella tersa piel blanca de los muslos de su mayor. Yoongi sólo sintió el leve frío recorrerlo, haciendo que su erección creciera un poco más. Sus jeans bajaban despacio, enviándole descargas de pura anticipación de que Taehyung lo tocara.

Su necesidad de ser tocado, aumentó un grado cuando sintió los cálidos dedos de Taehyung jugar con el elástico de su boxers para bajarlos con lentitud. Y a parar a quien sabe dónde.

— Taehyung —el nombrado paró sus acciones, poniendo sus manos sobre los muslos con cierta fuerza haciendo que Yoongi mordiera sus labios—. Te necesito. Hyung... te necesita

El castaño sólo soltó un jadeo.

—Hyung. —un hilo de voz fue lo que único que salió de sus labios.

Taehyung se lanzó hacia el cuerpo desnudo de Yoongi, poniendo una de sus piernas en medio de las del blanquecino, de manera que la erección del mayor se rozara con su muslo. Besaba aquellos finos labios con ferocidad, volviéndolo un lío. Los gemidos del chico blanquecino se perdían en la boca del castaño, mientras pasaba sus manos por su torso desnudo. Mientras una de las manos de Taehyung fue a parar a uno de los pezones de Yoongi, tanteándolo para luego estirar y pellizcar. Su mayor se despegó de aquel beso para tirar su cabeza hacia atrás, mientras soltaba un pequeño grito de placer.

Hyung Te Necesita || TaegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora