Más allá de la sociedad (Juliantina y Aristemo)

Capítulo 34- Se Acabo.

*CANCIÓN SUGERIDA * Que lloró- Sin Bandera.

Nunca me sentí tan solo
Como cuando ayer
De pronto lo entendí
Mientras callaba
La vida me dijo a gritos
Que nunca te tuve y nunca te perdí
Y me explicaba que
El amor es una cosa
Que se da de pronto
En forma natural
Lleno de fuego
Si lo fuerzas se marchita
Sin tener principio
Llega a su final.

Lyrics Que lloró- Sin Bandera.

Narra Juliana

Llevamos dos días de a ver abandonado la casa de los Carvajal, estabamos de nuevo en la casa con Milagros, ahora estaba encerrada en mi habitación mientras Temo estaba en la suya y mi mamá estaba platicando con Panchito, las lágrimas no paraban desde ese día, escuché mi celular sonar y me pare por el, cuando lo agarre vi el nombre de Valentina, suspiré y conteste la llamada.

—Bueno

*Hey, ¿como estas Juls? ¿No se han calmado las cosas?

—No hemos hablado desde ese día, solo desayunamos y vuelvo a mi habitación al igual que Temo, ella solo nos mira.

*Ya entenderá las cosas, como hoy no fuiste a la uni me preocupe, ¿tomaste mas días a parte de sábado y domingo?

—No tenia ganas de ir, ¿pasó algo?

*Si, pasó Lucho.

—¿Todo bien? ¿Qué hizo algo?

*Obviamente vio la revista, los noticieros donde hablaban de nosotras y se volvió loco, estaba furioso por que lo cambie por ti, por una chica.

—Lo siento Val.

*¿Qué? No, no has hecho nada malo, si estuvieron algunos molestandome por ser lesbiana, pero la mayoría lo ignoro.

—¿Te molestaron?

*Solo algunos, ¿te puedo ver? Muero por hacerlo.

—Si, ¿te veo en el parque de siempre?

*Si, estaré ahí en... ¿Treinta minutos?

—Ok, ahí te veo, adiós

*Adiós, te quiero.

No le di respuesta y colgué, suspiré y me volví acostar, el parque me quedaba cerca y podía salir diez minutos antes y poder llegar a la hora exacta.

Narra Lupita

—Toma— dijo entregándome una taza de café.

—Estábamos ahí, y me lo confesaron Panchito, que están enamorados de ese tal Aristoteles y esa tal Valentina— le dije sin poder creerlo.

—Ya, ¿y?— dijo levantando los hombros.

—¿Como que y?— le dije confundida.

—Si, ¿y?— volvió a repetir.

—¿Te parece normal?— le pregunté sin creerlo.

—Pues si— dijo despreocupado— no le veo nada de malo que ella y su amiga se hayan enamorado, ni con el Temo tampoco.