¿Recién Casados?

Primer Encuentro

"Eres el latido de mi corazón, el sentido de mi vida y el respirar de mi alma"

—Yo Stephan Guizzardi, te acepto a ti Meredith Rose; como mi esposa, y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.

—Yo Meredith Rose , te acepto a ti Stephan Guizzardi; como mi esposo, y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.

¿Cómo me fui a meter en esto? ah, ya recuerdo, gracias a mi queridísima amiga Jasmine.

3 Meses atrás.

—¡¿Donde estas?!.—grito por el auricular, carajo, Jasmine tenía que estar conmigo esta noche, en una noche de chicas.

—Lo siento Mer, en verdad, pero Michael está en cama y veras...

—Sabes, esta bien, luego hablamos.—cuelgo el teléfono ¿Ahora qué hago en un bar sola?

—¡Otra piña colada!.—pido al barman que solo asiente a mi pedido.

No tarda mucho en darme mi trago, lo tomo de la barra dando vueltas a la bebida con la pajilla, me gustaría ser más sociable ¿pero a quién llamo? Andrea mi otra amiga, simplemente no quiere salir desde que terminó con su último novio.

—¿Está libre?.—me preguntan a mi costado, solo atino asentir mientras doy otro sorbo a mi bebida.

—¡Un tequila por favor!.—pido agitando mi bebida aún sin terminar, el barman se acerca y me deposita el pequeño vasito, dejo caer mi mentón en mi mano mientras espero aburrida a que un milagro llegue, es noche de chicas, pero parece que soy la única chica en este lugar.

Doy un sorbo de una vez, esta noche me quiero emborrachar, mis supuestas mejores amigas me han dejado plantada.

—Gracias.—murmuró a pesar de que él barban no me escucha.

—¿Problemas?.—doy el último sorbo a la piña colada, niego con la cabeza mientras sostengo el trago en mi boca.

—No.—respondo, mientras pasó el trago por mi garganta.

—Eso no parece.—niego de nuevo, pasó un mechón de cabello sobre mi oreja.

—No, no es eso...solo que...

Dejó inconclusa mi frase, me giró a mirarle.

—¿Solo que...?.—baja la voz un poco, mientras mis ojos enfocan a un hombre atractivo, lo suficientemente atractivo para que titube en mi respuesta.

—Eh...si, mis amigas me dejaron.—agacho la cabeza.

—Ah, te comprendo, mi amigo Andrew anda con mi hermana y ni se diga mi hermano Nicolás.

Se recarga sobre su asiento mientras se cruza de piernas, su traje gris oscuro hace juego con su camisa azul clara, y su corbata azul marino, su cabello cobrizo resalta a la luz, sus ojos esmeralda brillan. «¿De donde saliste?»

—Sí, bueno.—sonrió con tristeza.

—¿Cómo te llamas?.—pregunta inclinándose hacia la barra para tomar su bebida.

—Esmeralda Lafévre.-miento ¿Acaso debo darle mi verdadero nombre a un desconocido? no lo creo.

—Bonito nombre.—sus labios se curvan dándome una pequeña sonrisa socarrona.

—Aja, ¿Y el tuyo?.—abre en los ojos dudativo, se encoge de hombros restándole importancia.

—Amur Traver.—le extiendo la mano, «¡No lo hagas!» me reprendo a mí misma, mis manos están sudorosas pero a él parece no importarle, deja nuestras manos juntas por unos instantes.