Capítulo 1

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    Agarro la manija que hay que girar noventa grados para poder abrir la puerta vieja de madera de Rocío. Por debajo se ve una luz, la que siempre deja mi tía encendida por lo oscuro que está el rellano que va a dar a las escaleras. De allí es la procedencia de los ruidos que me han despertado. Me Lo pienso tres veces antes de abrir la puerta, pues en esa casa a las tres de la mañana sólo hay tres personas: mi tía, Gerardo y yo. Si es mi tía, la cual sería la mejor de las opciones, seguro que se ha despertado en mitad de la noche debido al insomnio del que siempre se queja y excusa para tomar más pastillas y está en el baño de la segunda planta, y si es Gerardo, un asqueroso viejo verde de unos ochenta años que ya se me ha insinuado a mi y a mi hermana mayor, no me apetece nada de nada encontrarmelo en mitad de la noche con mi tía medio drogada.

    La razón por la que mi tía y este tipo viven juntos casi no la entiendo ni yo, se que en un pasado estuvieron juntos antes de que yo naciera, hace quince años y medio mes, se separaron pero aún asi mi tía sigue viviendo en la casa de Gerardo.

     Decido abrir la puerta ya que yo me estoy meando y parece que él que ocasiona los ruidos no tiene intención de parar. Ese fue el primer error, el segundo fue el de no dormirme con los cascos puestos y asi no tener que despertarme.

    Esto es como el efecto mariposa, no me pongo los cascos, me despierto, voy al baño y al abrir la puerta de la habitación el verdugo está al otro lado esperándome mientras pasa un dedo por el afilado filo de un hacha. En este caso fue un fuerte tirón y un trapo con cloroformo tapándome las vías respiratorias. Dejo de respirar para no inalarlo y forcejeo con el sujeto que me apresa desde atrás, de más o menos mi altura.

   -Cállate zorra. -Su voz y el típico olor a viejo que se ducha una vez a la semana me dicen que Gerardo es el carbón que tengo a mis espaldas.

    Le muerdo la mano con tanta fuerza que le hago sangre. se separa de mi maldiciendo a todos mis antepasados en susurros. El problema es que ahora me mira con cara de in terrible odio y se me vuelve a acercar. Yo retrocedo y mis piernas chocan contra la barandilla del hueco de las escaleras. Cuando ya está a mi lado, me intenta agarrar. Al esquivarlo me engancha el pelo con una mano y tira. Sólo se me ocurre aprovechar el impulso del empujón y lo hago tambalear. Veo la oportunidad de empujarlo y echar a correr.

    Todo hubiera seguido como esperaba si no nos hubiera cambiado de posiciones. Sólo escucho el crujir de su cuello al romperse contra la planta baja y a mi gritar.

Holaaaa! Está novela es mía y como soy un poco novata me gustaría que comentarais lo que os gusta o no. Gracias!!!!!!;)

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⏰ Última actualización: Oct 11, 2014 ⏰

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