Él.

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Hace unos pocos años atrás conocí unos ojos color miel

que desnudaron mi alma que cautivaron mi ser.

Probé sus suaves labios que me llevaron a tocar el cielo

Y me condenaron a la perdición.

Sus brazos me rodearon convirtiendose en mi casa,

en mi refugio pero también en mi sporte,

mi estabilidad.

Me enamoré de él

de su peculiar sonrisa,

de sus manera de ser,

de sus chistes y su simpatía.

Supo conocerme

y explorar todos mis secretos.

Fuimos dos cuerpos,

cuyas almas

estaban compactadas

en una o eso sentía.

Le entregué todo lo que poseía,

siempre tuvo entrada libre

a mis pensamientos.

Le di mi corazón sin dudar

porque considere que se lo merecía.

Supo encenderme,

descubrió en mi

cosas que no veía,

cosas que no creía ciertas en mí

dado que mis ojos no lograban verlo así.

Me enseño muchas cosas,

entre todas ellas a no

derramar inútilmente mis lágrimas,

que irónico.

Lo quise demasiado

incouso más que a cualquier persona.

Era para mi la salvación,

el chico más bueno

Y yo me creí la chica con más suerte...

Me hiciste ver el mundo tan hermosos ,

Me hiciste creer en ti,

en tus ojos...

Llegó un día que me destrozaste,

Que me jugó muy en contra

el hecho de que me conocieras muy bien,

Tanto que golpeaste muy duro en mis puntos débiles.

Tanto que al irte ya no quedo nada en mi,

Los trozos no alcanzaron

para decir que me quedo corazón

porque tú fuiste el destructor de mi alma.

Acabaste con mi ilusión ,

con mi ingenuidad,

con mi confianza en las personas.

Y me has marcado para toda la vida,

porque sé que nunca voy a olvidar,

siempre algo me llevará a ti ,

Aunque no quiera.





The night  suffocatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora