I
Marco Saldías venía saliendo del subterráneo de la casa. Luego de cerrar la puerta colocó el candado con clave de cinco ruedas para asegurarse que nadie pudiera entrar en el lugar; si bien era cierto tenía claro que en su familia respetaban su privacidad, nunca estaba de más algo de seguridad. Una vez stuvo seguro del cierre adecuado del lugar, se dirigió al comedor donde lo esperaba su esposa y su hijo de dos años.
—¿Terminaste de jugar al espía secreto amor?—preguntó sin levantar la cabeza su esposa Marta, mientras preparaba unos huevos revueltos para la once de esa tarde.
—Sí mi sargento, ya tengo listo el plan para dominar el mundo—respondió Marco, para luego soltar una sonora carcajada.
—Nunca me vas a decir qué tanto haces ahí, ¿cierto?—volvió a preguntar Marta.
—De verdad no es nada importante, son sólo tonterías de niño grande—respondió Marco, ahora más serio—. Son sólo tonterías para relajarme, no hago nada malo, no consumo drogas ni veo porno.
—Tú sabes que puedes hacer lo que quieras amor, esta es nuestra casa, nuestro lugar privado—dijo la mujer—. Tú sabes que siempre me ha llamado la atención esa necesidad de tener un lugar privado y cerrado con ese tremendo candado. Todavía recuerdo cuando lo importaste, te salió harto caro según recuerdo.
—¿Quieres entrar a ver qué tengo o qué hago ahí?
—Sabes que te estoy molestando amor, yo respeto tu necesidad de tener un lugar privado—respondió la mujer, sonriendo—. Ya, siéntate a tomar once... no, todavía no, primero anda a lavarte las manos—dijo mientras miraba a su hijo.
Al día siguiente Marco se levantó temprano para ir a su trabajo. Luego de ducharse y desayunar esperó que llegara la niñera que se quedaba cuidando a su hijo; cuando ella llegó ambos padres se despidieron del pequeño y la mujer, y subieron al auto. Marco llevó a Marta hasta la puerta de su trabajo para luego dirigirse al suyo como todos los días hábiles de la semana.
Marco trabajaba en una oficina de corredores de propiedades. Su trabajo consistía en captar clientes, mostrar las propiedades y facilitar las transacciones entre dueños y usuarios. El hombre llevaba cerca de diez años en la oficina, por lo que la relación con sus compañeros era casi de amistad, formando un equipo de trabajo seguro y cohesionado. Esa mañana el trabajo había estado tranquilo pues no tenía agendada ninguna salida a terreno, por lo que su trabajo había sido con el computador y el teléfono. A mediodía salió a almorzar con algunos compañeros de trabajo a un pequeño restaurant a media cuadra de la oficina; a la una de la tarde todos estaban de vuelta en sus oficinas poniéndose al día con sus pendientes. Cerca de las dos de la tarde el sueño lo invadió; con cuidado cerró la puerta de su oficina y se dispuso a dormir una breve siesta sin que su jefatura se diera cuenta. Después de media hora de dormitar Marco se despertó, fue al baño a mojar su rostro para desperezarse y volver a sus funciones. Al verse al espejo el hombre vio en su cara una expresión de cansancio; al parecer estaba durmiendo poco o mal o ambos, y su cuerpo le estaba exigiendo reponer ese sueño perdido. Tal vez había llegado el momento de empezar a acostarse más temprano, o a tomar algún medicamento para dormir mejor o más tiempo. Luego de secarse la cara el hombre volvió a su oficina a terminar el trabajo del día.
A las seis de la tarde todos los miembros de la oficina empezaron el retorno a casa. Marco enfiló su vehículo hasta el trabajo de su señora donde ésta lo esperaba para irse juntos al hogar. Al llegar a casa dejaron ir a la cuidadora de su pequeño, y mientras la mujer empezaba a preparar la once, Marco abrió el candado del subterráneo para entrar al lugar y ponerse al día de los avances de su proyecto; media hora después el hombre estaba tomando once con su familia. Tres horas más tarde llegó la hora de la cena; antes de ello entre ambos acostaron al pequeño hijo a dormir, luego de lo cual la pareja cenó, para terminar la jornada acostados conversando acerca de lo que les había pasado en el trabajo. Así, un día normal en la vida de Marco y su familia había terminado, y había llegado la hora de dormir hasta empezar una nueva jornada.
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Encarnacion
Mystery / ThrillerMarco Saldías era un hombre común con un secreto oculto en el subterráneo de su casa. Una tarde cualquiera muere de un infarto al corazón en su trabajo, luego de lo cual su alma pasa al más allá. Justo antes de iniciar el juicio de su alma convence...