Notas: Aish, estos malditos plot bunnies. La verdad que esta historia la planeé desde que el capítulo 5 de la temporada 4, donde el idiota de Martín lesiona a Julián. Siempre quise escribir este fanfic pero luego se me quitaron las ganas. Pero, hace poco volví a ver un kdrama (mi favorito y el único que he visto) "School 2013" (heungsoon debió ser canon maldita sea!) y restauró mis ganas de escribirlo y me inspiró en cierta parte. Se supone que iba a subirlo en la tarde peero se quedó en borrador jaja.
Disfruten 🌟
"Una vida sin lluvia, ¿dónde está?"
Lo que hizo ya estaba hecho. No sintió remordimiento de jugarle sucio a su compañero. Qué va, estaba usando una palabra muy grande para describir a Julián. No defendían la misma camiseta, y aunque lo hicieran, Martín no tenía amigos y era así como le gustaba. Julián era un águila y Martín un halcón. El único vínculo que los unía era el concurso. De seguro sin ese concurso, no sabría ni el nombre del rubio o de su existencia.
Así pensaba hasta que escuchó la conversación entre Gabo y sus amigos. No era un metiche, pero, cualquier información podría ser usada.
—Julián ya no podrá jugar— Gabriel había dicho, el tono de su voz decaído. Gabo podía entender, en una mínima escala, lo que Julián debía de estar pasando. Él estuvo a punto de quedarse sin fútbol.
—¿Por cuánto?— Ricardo preguntó. Martín también esperaba a que respondiera. ¿Un mes, unas cuantas semanas?
—Ya no podrá jugar más. Tuvieron que operarlo, acabá de salir.
¿No podrá jugar más? ¿Qué significaba eso?
—¿Cómo que ya no podrá jugar más? Hay posibilidad de que su rodilla no esté mal, ¿no?— André unió las cejas.
—No lo sé muy bien, pero Julián es de esos casos en los que , debido al daño, su rodilla no podrá soportar la vida deportiva. Va a caminar bien, pero ya no podrá jugar fútbol.
Martín sintió como si le hubieran dicho que había matado a alguien. Que había matado a Julián. En cierto forma, lo había hecho.
—Mañana vamos a verlo— Ricardo concluyó. Los tres tenían caras largas. Eran unidos con Julián.
—Le preguntaré a Felipe el horario de visitas. Podríamos pedirle permiso a Francisco e ir.
Martín escuchó con atención. Por fuera podría parecer el típico Martín con su actitud de costumbre, de 'nada me importa'. Pero por dentro, por dentro era una historia totalmente diferente. Se suponía que solo sería una lesión que duraría un par de días, máximo un mes, no echar por la borda la carrera de Julián. Si estuviera en la posición de Julián, accidente o no, Martín tendría deseos homicidas.
Su celular vibró y Martín se metió al baño para responder. Camilo. No quería hablar con ese idiota. No sabía muy bien lo que quería en ese instante. Tal vez que un hoyo se abriera y se lo tragara o lo llevara a otra dimensión donde no conociera a Julián.
—Muy bien hecho, Martín. Excelente. Lo dejaste sin fútbol para el resto de su vida. No es lo que planeamos pero es más que perfecto.
'Para el resto de su vida'. Sonó a cadena perpetua.
Martín colgó. La voz de Camilo lo irritaba. Detestaba al Águila con pasión, sin embargo, compartían la misma noción de ganar. Por eso, Julián ya no podría jugar más.
Martín no durmió esa noche.
Cuando llegó su turno en la fábrica, Martín detuvo el pie de Julián, y después de su intención, de lesionar lo y haberlo logrado, Julián estaba en el piso, chillando y tocando su rodilla. Superficialmente, la rodilla de Julián se veía bien. No estaba bien. No iba a estarlo.