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— Quiero una tarta de zanahoria —
Dijo al joven Barista de cabellos rubios

— De zanahoria, ¿Desea canela? —
Pregunto amablemente, mientras sacaba la tarta del mostrador de postres

El detective Tucker lo pensó un momento, ¿Deseaba canela en su tarta?, después de meditarlo un poco y de que el barista insista en la pregunta de nuevo, asintió despreocupado.

Observo al barista moverse con habilidad dentro del pequeño espacio, su mirada lo vio moler los granos de café recién tostado para pasarlo por el agua caliente y terminar con azúcar embolsado en tela, finalizó colocando de manera adecuada todo en una pequeña charola, colocando por último la canela en la deliciosa tarta.

El Barista tomo la charola en camino hacia la mesa del morocho, apunto de llegar él trastrabillo, la bandeja inestable movía el café y la tarta junto al azúcar. Parecía que todo se perdería, sin embargo; logro controlar el asunto y entrego sin problemas la orden, regresando a su puesto.

El chico se movía con gracia y agilidad que se contrarrestaba con su...

Torpeza.

Al tener ya la mitad de su café ingerido, su compañero el agente Donovan lo interceptó y decidió acompañarlo con una bebida caliente.
Ambos se encontraban de manera tranquila bebiendo y en el caso de Tucker comenzando el postre; observando el lugar y los clientes que llegaban en busca de algo cálido al paladar. Tucker decidió sacar la libreta de notas, comenzando a ojear las hojas de manera atenta.

— ¿Es lindo, cierto? —
Pregunto su compañero de manera discreta, observando al frente embobado tomando sorbos de su bebida.

Tucker desvío su mirada de la libreta, ahora mirando a Clyde, observando lo embobado que lucía mirando al frente.
Lo único que observo fue a dos cabelleras, rubia y castaña; la rubia obviamente pertenecía al barista y la castaña a una chica con abrigo verde junto a una bufanda tono carmesí. Tucker la miro de pies a cabeza. La chica era bella pero no demasiado como la comandante Stevens, recordó Tucker.

"Definitivamente mejor" pensó el morocho

— ¿Por que no le hablas? — respondió regresando su vista a Clyde, volviendo a sus notas.

Clyde lo miro apenado dejando su enbobamiento a un lado — No creó que le agrade — Clyde lo miro.

— Amigo tienes encanto, puedes con ella — le dijo de manera honesta, invitándolo a avanzar.

Clyde lo miro esperanzado, hasta que cayó en algo — Espera... — dijo aún confundido.
Tucker lo miro con curiosidad esperando, Clyde comenzó a reír.

— ¿Qué es tan gracioso? — dijo sin entender.

Clyde aún riendo le dijo — Ella — Craig lo miro aún confundido y Clyde comenzó a reír disimuladamente.

— ¿Ella?... — espero que su amigo procediera, Clyde recuperó la compostura, secos las pocas lágrimas de sus ojos y le dijo — No ella, él — apunto con el índice al frente donde el barista se hallaba en la caja registradora, dando lo que parecía el cambio a la chica castaña. Tucker proceso lo dicho para comprender lo que sucedía, bien Clyde no hablaba de ella sino de él, y el único él enfrente es el rubio/barista, bien debía admitir que eso no lo esperaba... Bueno era Clyde es normal que todo capte su atención pero él no esperaba que ese rubio lo hipnotizara.

Clyde espero pacientemente ante la mirada confundida de Craig, de pronto la sorpresa se vio en los ojos de Tucker, bien lo había resuelto.

Tucker lo miro.

— ¿Él?— dijo ahora, moviendo un poco la cabeza hacia el barista.

Clyde asintió de manera enérgica mirando de nueva cuenta al frente, el barista lo miro dándole una sonrisa y regresando a su trabajo, Clyde regreso su vista hacia la mesa, sus orbes brillaron, su cara era como un tomate, pero la sonrisa boba permanecía en su rostro. Clyde a pesar de esto no evitaba intercambiar su mirada de la mesa a la figura del chico a cargo del lugar.

Clyde sonrió de manera boba hacia él.

Clyde miro a Tucker aún embelesado por el rubio, Tucker frunció el ceño asqueado por tanto amor y cursilería ante su presencia. Prefirió ignorar a Clyde y continuar con su libreta.















Después de un rato de libertad, recibieron la llamada informativa urgente de la comandante. De manera inmediata se dirigieron al cuartel, para acatar órdenes.

Llegaron minutos después en el flamante porche, Clyde azotó la puerta al salir, Craig casi lo mata por dañar a su nene. Cruzaron el umbral principal del edificio, avanzando hacia el ascensor.

— ¡LLEGAMOS!— Anunció enérgico Donovan

Craig cerro sus ojos en un momento de asco.

La comandante ingreso imponente con diversos expedientes, había demasiado trabajo por realizar.
Ella saludo asintiendo la cabeza, los chicos de inmediato tomaron sus lugares frente al escritorio.

— Bien chicos, los llamé con urgencia, se realizo un reciente asesinato, al parecer es nuestro mismo captor de veces anteriores — suspiró cansada y extendió el expediente hacia ellos.

Donovan tomo el sobre en sus manos, lo inspeccionó a detalle. Tucker se lo arrebató y saco el contenido de éste.

— Así que asesinaron a Theodore Cartman y al parecer una parte de sus restos llegaron a la basura — Clyde dijo asqueado.

— Los restos se encontraron detrás de pasitas —  Secundó Craig, ojeando un papel.

— sí, no hay pistas además de eso. Nuestro captor no dejo ninguna huella en los restos del bote. Sin embargo; es posible que el o la culpable trabaje en pasitas o cerca de ellos — mencionó la comandante.

Ella se movió ahora tomando otros expedientes. Los lanzó frente a ellos.

Craig comenzó a ojear, la mayoría de los asesinatos por parte del conocido captor, que solo dejaba la cabeza en el tacho de basura.

— La mayoría de estos se encontró en botes de restaurantes — Añadió Tucker.

— Creí que estaba más que claro Tucker — dijo rodando sus ojos la mujer

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⏰ Última actualización: Sep 25, 2020 ⏰

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