Historias de terror

El juego |Primera parte|

Son las 11 pm y sigo sin quedarme dormida

Terminé de ver una película romántica , demasiado cliché y aburrida como para describirla.

"Al menos me entretuvo" Pienso dando un resoplido, es la manera menos pesimista de verlo, la otra sería que lo único que hice fue perder el tiempo cuando pude haber estado estudiando para el examen de mañana, pero el insomnio y la ansiedad me ganaron, otra vez.

Desbloqueé mi celular en busca de algo más que hacer

Ningún mensaje y ninguna llamada

Nada raro, pues nadie me escribe, mucho menos a estas horas 

Mamá estaba haciendo un doble turno en el hospital y yo estaba completamente sola y sin nada que hacer. Mi vecino se había reunido con sus amigos, me tocaron la puerta para pedirme unas velas y luego entraron a su departamento.

Cuando decidí llamar a mi mamá y despedirme de ella me pareció escuchar alboroto en el apartamento de al frente "Por qué tanto ruido a esta hora?". Extrañada fui a la puerta y me asomé. En el momento que escuché los gritos, inmediatamente salí del departamento, alarmada, grité su nombre y al intentar tocar la puerta esta cedió, asustada y escuchando los gritos de agonía más cerca entré al departamento y le pedí a mamá que enviara a la policía.

Lo primero que vi fue a dos chicos gritándole a Carlos, quien no parecía ser capaz de percibir su propio dolor. Estaba envuelto en una llama grande de fuego, que comenzaba en la parte baja de su camisa e iba extendiéndose hacia sus pantalones. Un fuerte olor a quemado y algo parecido a algún químico fuerte se sentía en toda la sala. La intensa llama no dejaba verle por completo y desprendía una onda de calor bastante baja para lo horrible que fue presenciar la escena. Automáticamente comencé a gritarle que se tirara al piso, pero el solo se quedó parado como si nada. Mi corazón latía super rápido y tenía miedo.

Dalhia, la chica junto a mi siguió gritando y llorando mientras veía a su compañero y a la ventana. Todo pasó muy rápido.  El chico, de nombre desconocido para mi tomó una silla y golpeó a Carlos con este haciendo que cayera al suelo, la llama comenzó a propagarse en la humedad de la alfombra, fue ahí cuando comprendí que lo que ahí había era gasolina. Con una velocidad indescriptible tomé el borde de la alfombra que iniciaba en mis pies y la doble sobre el cuerpo en llamas, el moreno y la pelinegra rápidamente se pusieron junto mi y ayudaron a enrollarlo con aquella pesada alfombra verde, extinguiendo el fuego en su totalidad.

Cuando desenrollamos a Carlos pudimos ver el estado en el que se encontraba, su piel se había quedado adherida a aquella tela afelpada, despedía un olor horrible, su cara estaba completamente desfigurada, le faltaba cabello y podía verse el huesillo de su nariz, su piel se veía como un chicle con porosidades y prácticamente no tenía ropa del torso para arriba, la parte izquierda de su cuerpo estaba en peor estado que la derecha y él parecía estar muerto.

En ese momento un fuerte grito de dolor se escapó de sus casi irreconocibles labios,podíamos ver sus dientes sin necesidad de que tuviese la boca abierta. El moreno a mi lado comenzó a llorar, parecía que quería abrazar a su compañero pero no podía, y comenzó a soltar maldiciones mientras lloraba y pedía ayuda a gritos. La pelinegra aún llorando gateó hacia la ventana y se asomó a ella, sacando la cabeza y metiéndose rápidamente.

- Este-Estella- Fue lo que alcanzó a decir, ni siquiera pude entenderla. Fue como si el aire la hubiese abandonado y lo que logró decir vació por completo sus pulmones. Tomó una gran bocanada de aire, como quien sale a la superficie luego de que pensabas que ibas a morir ahogado - ESTELLA - Gritó, desgarrando su garganta.