Branch es el único Troll superviviente. Todos los Trolls de su reino han sido aniquilados por una gran amenaza en la cual Branch tendrá que descubrir cual es. Él es el único Troll existente del mundo entero. O eso cree...
Todo era armonía y felicidad en el reino de los Trolls de la Naturaleza. El rey Rock y la Reina Sarabia, habían tenido un bebé. Era un bebé de piel azul con el pelo violeta. Le llamaron Branch. Ese fue el mejor día de los reyes. Todos los demás Trolls de la aldea se alegraron también ya que se enteraron de que su pueblo tenía nuevo heredero. Cantaron, bailaron y le hicieron regalos al nuevo príncipe. El pequeño Branch no paraba de sonreír ni tampoco de reír. Todo era felicidad.
Cuando Branch cumplió 2 años de edad, su magnífico reino... Desapareció. Todos estaban festejando el cumpleaños del pequeño con canciones, bailes, regalos y muchísima purpurina. Todo el pueblo se divertía y reía junto con su príncipe. Aparte, de que en el día de su cumpleaños, su pelo iba creciendo un poco más. A Branch le creció un poco más el pelo y se le hizo más largo. Sentía muchísima felicidad por estar con todo su pueblo y sus padres a su lado cantando. A él le encantaba ver a la gente feliz. Mientras que los Trolls bailaban y festejaban, un rayo de fuego súper potente cayó en el centro de la aldea haciendo que todos los habitantes del lugar se asustaran. Al instante, un caballo hecho de carbón, fuego y alquitrán apareció de la nada. Encima, estaba su jinete. Negan. Era un ser espeluznante. Era un ser llamado Skekse.
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Detrás del emperador apareció su ejército.
—¡Atacad!—Ordenó el emperador.
Todos los Trolls comenzaron a huír del lugar. Algunos defendieron al pueblo mientras que los otros escapaban. Rock, que tenía al pequeño Branch en los brazos, le ordenó a su esposa que corriera con el bebé y se escondieran.
—¡Coge al niño y escapad! ¡Corre!—Sarabia salió corriendo dejando a su marido. Sabía que podía defenderse y salvarse, pero todo fue en vano. Rock fue atacado por el emperador y no pudo hacer nada. Todos los demás Trolls del lugar que escapaban y se defendían fueron aniquilados por los secuaces del emperador. Solo quedaban Sarabia y el pequeño Branch. La reina llevó al bebé a un sitio muy lejos mientras que los demás Skekses la perseguían. Sarabia los despistó, pero no por mucho tiempo.
Dejó al bebé en una cesta en dentro de la cual, había mucho algodón para que pudiera dormir. El pequeño miraba a su madre confuso. Ella le decía que se mantuviera callado y que no hiciese ningún ruido. Intentaba tranquilizarlo y cuando lo consiguió, se despidió de él con un beso y un abrazo. Le soltó las manos y mientras que ella lloraba, corría. Branch también empezó a llorar. Sarabia, que estaba ya lejos, hizo una señal con sus brazos para que fueran a por ella. Un rato más tarde, fue aniquilada. Todos los Skekses seguían buscando al príncipe para matarlo pero no tuvieron suerte. Así que se retiraron hacia su guarida. Todos los Trolls de la Naturaleza se habían extinguido por culpa de los Skekses.
