Cristóbal estaba dormido plácidamente en una habitación espaciosa cubierta de libros, hacia tres días que había llegado a su nuevo destino, una mansión gigantesca, que dado el tamaño poseía mil y un sirvientes, lo trataban como un rey, pero más importante como una persona, Cristóbal quedo anonadado al descubrir que en realidad aquel sujeto que le compró acaba de irse a un viaje de negocios y no llegaría en dos meses, por su parte había dejado todo preparado e incluso le proporcionó una habitación donde además se hallaba una de sus más grandes pasiones los libros, Cristóbal al principio y como era de esperarse se comportó de manera arista y antipática ya no quería más dolor, pero con el tiempo descubrió que las personas que estaban allí no tenían intenciones de lastimarlo y no tardó en volverse cercano a ellos, en especial de un cocinero jóvenen llamado Zea de alrededor de 26 años, quien al principio Cristóbal rechazaba ya que de una o de otra forma le recordaba a su primer amor Robert pero al pláticar con el poco a poco comprendió que eran totalmente opuestos, la primera conversación que tuvieron fue todo un desastre (1 semana antes):
Cristóbal paseaba intentando encontrar el cuarto de su nuevo comprador para averiguar algo más sobre el extraño sujeto del cual nisiquiera sabía su nombre, evitaba torpemente a los empleados,y al llegar a un enorme corredor quiso entrar a una habitación que era la única que no había visitado de ese lado de la mansión justo cuando se dispuso a girar la perilla una suave voz le erizo la piel- hola, disculpa pero no creo que debas entrar allí, es un lugar aterrador- Cristóbal se volteo rápidamente topándose con un chico de suaves rasgos, piel clara y ojos verdes mucho más alto que el, Cristóbal se asustó pensando que lo desataria y a manera de reprimenda le encerrarian en alguna calabozo o algo así, en esa inmensa mansión nada parecía imposible, pero interrumpiendo sus pensamientos aquel chico de ojos verdes le hizo una señal con la mano y lo guió fuera de la mansión hacia un espacioso jardín lleno de Flores y arbustos grandes y pequeños con exóticos olores era un paraíso, fue lo que pensó el menor siguiendo sus impulsos Cristóbal pregunto- quien eres tú? también te compro? - minutos después estaba horrorizado de sus propias palabras como pudo preguntarle algo así a un desconocido que tal si el tenía mucho más tristeza y esas preguntas solo revivian el dolor? en verdad no quería lastimar a nadie más... intentando enmendar su error Cristóbal prosiguió - losiento ignora lo que dije en verdad no debería incomodarte de ese modo tu historia debe ser tuya, muchas veces los secretos son la fortaleza para continuar almenos para mi -intento alejarse para no incordiar a esa persona con su presencia mucho más tiempo pero ese chico de tez clara le sujeto suavemente del brazo y con su suave voz dijo-no te disculpes en realidad soy un sirviente de esta casa, y en realidad si me vendieron aquí pero yo era un bebé así que no tengo recuerdos de mis padres o de mis raíces no te preocupes hasta ahora tu has sido la única persona que se ha preocupado tanto por mi y mis sentimientos me has hecho muy feliz, gracias-sonrió mostrando una sincera y linda sonrisa a lo cual Cristóbal no supo porque o como pero se sonrojo y su corazón latía tan rápido como si estuviera corriendo así que avergonzado de sus extrañas reacciones apartó la vista y susurro -me alegro así ninguno de los dos estará triste- y se fue corriendo hacia una pequeña puerta que conducía a dentro de la mansión
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Mentalidad erronea
RandomEn una obscuridad absoluta, solo podía escucharse el sollozo de un niño pequeño perdido en la penumbra de una montaña asustado, nervioso, inquieto que pedía a los dioses le permitieran volver con vida al que había sido su hogar en cambio solo escuch...