No todo lo que brilla es oro

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Un 27 de enero del 2005, exactamente a las 11:50 a.m. una mujer llegó a una clínica llamada "La moderna", con una alegría que absolutamente nadie se la podía quitar, esa alegría que tiene toda mujer al momento que se entera que va a ser madre, y mejor aún el día en el que va a traer al mundo a su primogénita, las horas que estuvo en el quirófano se volvieron años, más que todo a los padres que tanto esperaban a esa bebé, cuando de pronto el mundo se detuvo, y sólo ellos dos pudieron escuchar el llanto de esa bebé, se llenaron de felicidad al escucharla por primera vez, tanto ellos como los familiares, no resistían las ganas de verla, de pronto pasó la enfermera con la bebé, a limpiarla y a cambiarla, luego de eso la enfermera salió y le dio la bebé a la abuelita, y todos llenos de alegría le daban regalos. Pasaron los meses hasta unos cuantos años, y se comenzaron a dar problemas en la familia,Hassel(el nombre de la niña), todavía estaba pequeña, pero igual se daba cuenta de las peleas que se armaban, entre Enrique(papá) y Lourdes(mamá), Enrique trabajaba fuera de la ciudad, y por año estuvo un horario muy peculiar, se levantaba a las 4:00 a.m para partir hacia su trabajo, y su llegada era las 11:30 p.m.

Hassel no lo veía mucho tiempo, sólo los días domingos que el papá si estaba junto a ella. Con el pasar del tiempo Hassel ya con 8 años de vida, tuvo que pasar el peor año de su vida, Enrique llegaba molesto a la casa, un día le quiso alzar la mano a Lourdes, pero ella no se dejó ese día fue una pelea muy fuerte, se escuchaban gritos de todos, Enrique de lo enojado que estaba tomó las llaves del auto, y se fue no le dijo nada a nadie de dónde iría, no llegó hasta la noche siguiente, Lourdes le preguntó:
-LOURDES ¿En dónde estabas?, tu hija ha estado preocupada por ti, y tú desaparecido!!
-ENRIQUE ¡En donde yo estuve o estaré, no te tiene porque importarte, y ya estoy aquí no me pasó nada, ahora permiso quiero tomar un baño.

Hassel desde su cuarto escuchó todo y lo que hizo fue encerrarse en el baño a llorar, Lourdes ya no sabía que hacer, ella no tenía la suficiente fuerza para votarlo de su casa, además él era el padre de su hija, y ella no iba a hacer tremenda desfachatez ante los ojos de su hija, aunque Enrique pensaba totalmente lo contrario, el adoptó una costumbre muy mala, ya no dormía en la casa, llegaba a la hora que le daba la gana, y cuando llegaba, llegaba ebrio, tomó ese vicio, el alcohol, Hassel un día entró a la habitación de Lourdes y Enrique y se sentó a hablar con su padre la conversación fue corta, Hassel le dijo:
-HASSEL: Papá ¿Por qué?, dime ¿Por qué? Eres así te has transformado en un ser al que desconozco, en dónde está el hombre con el que jugaba a las escondidas, el hombre que siempre me consolaba cuando yo estaba triste, el que me daba un helado al salir de la escuela. Sabes lo peor, es que todas esas cosas ya no haces... papá te desconozco, ahora llegas a la casa borracho, a gritar a mi mamá a mí, no te das cuenta el daño que nos haces, por favor no estás hablando en este momento sólo con tu hija, también estás hablando con una amiga, con una niña que quiere lo mejor para su familia, que es capaz de hacerlo todo a su corta edad sin contarle nada ni nadie.
Hassel con todas las palabras que le dijo a su padre le hicieron caer en llanto y Enrique sólo se quedó sin palabras y le dijo:
-ENRIQUE: Hassel, por favor retírate...

Hassel se puso de pie, y con la cabeza agachada se marchó.

Enrique comenzó a tener problemas en el trabajo, porque asistía ebrio, y eso le afectaba la productividad de dicho trabajo, también las deudas comenzaron a agruparse, prefería ir a tomar con sus amigos, antes que pagar el colegio de su hija, pagar la luz, el agua y todos los servicios básicos, la que tenía que hacer un esfuerzo era lo Lourdes, a ella le tocaba endeudarse mucho más, pero igual para las deudas que tenían encima eso no era nada.

Pero aun así Lourdes estaba con él, y para las personas que le preguntaban cómo iba su relación, su respuesta era:
--LOURDES: Muy bien, tenemos ciertos problemas como cualquier otra familia, solo que, por lo que Enrique trabaja no podemos estar todo el tiempo juntos.

Esas eran las palabras de Lourdes, ocultando toda la verdad, pero lastimosamente Enrique no se daba cuenta del amor que le tenía Lourdes para permanecer al lado de una persona así. Enrique ya no sabía de donde sacar dinero para irse a tomar, Lourdes cansada de la absurda rutina que se había inventado Enrique todos los días, le escondió las llaves del auto, y las dio por perdidas, él como siempre queriendo resolverlo todo con enojos, se fue.

Pasaron las semanas y un hombre llegó a tocar la puerta de la casa, Enrique estaba en el trabajo, Lourdes muy cuidadosamente abrió la puerta, y el hombre que estaba en la puerta dijo:
-LUCAS ¿Aquí vive Enrique Villacis?
Preguntó ese hombre muy enojado.
-LOURDES: Sí, yo soy la esposa,¿Y usted quién es?
-LUCAS: Yo soy Lucas, y vengo a dejarle el último recado a su marido, si no me paga este fin de mes todo el dinero que le he prestado, me tocará cumplir lo que dice el contrato.
-LOURDES: ¿Qué contrato?
Le preguntó lo Lourdes sorprendida.
-LUCAS: ¿Qué su esposo no le conversa los tratos que hace?, pero yo se lo digo mejor, él me ha ido a buscar a mi casa algunas veces, para que yo le preste dinero, y estoy cansado de esperar, cada que lo llamo me manda a buzón de voz, y él firmó un trato que decía que si no pagaba a tiempo la casa sería mía.
-LOURDES ¿Qué?, pero si la casa es mía está a mi nombre.
-LUCAS: Él me dijo que usted si estaba de acuerdo, bueno eso no es problema mío, dígale que por la espera el total a pagar es de $205, permiso.
Se retiró Lucas con pasos alargados y muy molesto.

Lourdes quedó en shock, hasta donde había llegado Enrique con su vicio, y ahora que hará Lourdes para que no le quiten su casa, si ya faltan 3 días para fin de mes, Esperó que Enrique llegara a la casa, pero antes de eso le dijo a Hassel que se vaya a pasar la noche en casa de su abuela María. Enrique llegó, Lourdes lo estaba esperando sentada en el sofá de la sala, y le preguntó:
-LOURDES ¿Por qué fuiste capaz de empeñar la casa de tu hija?
Le preguntó con tanta rabia a su esposo.
-ENRIQUE ¿De qué hablas?, ¿Estás loca?
le dijo Enrique esquivando el tema diciendo que estaba cansado.
-LOURDES: Vino Lucas, al que tú le prestas dinero, a dejarte el recado de que si no le pagas los $205 que les debes, nos va a quitar la casa, a la que tú empeñaste diciendo que yo estaba de acuerdo, la verdad te desconozco, me das una gran decepción, no te gusta escuchar a nadie, pero sabes esto se acabó, estoy cansada de tus humillaciones.
Le dijo Lourdes con la voz quebrantada y apunto de llorar, con un dolor en el alma tan profundo que no podía con ella, pero tenía que hacerlo para mostrarle a Enrique que todo lo que estaba haciendo estaba mal.
-ENRIQUE: Yo también estoy cansado de soportarte, así que yo me voy, y también voy a hablar con Lucas a que me de otro tiempo más, voy a recoger mis cosas y me voy a despedir de mi hija.

Cuando Enrique salió de la casa, Lourdes sintió que algo se le arrancaba del pecho, y decidió ir a ver a Hassel, porque la noticia que iba a recibir era trágica.

No todo lo que brilla es oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora