~F I N A L~

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Bien... sólo llega el momento de esperar mi muerte.

Pensaba la chica sentada en su cama.

Miraba como giraban las manecillas de su reloj.

Félix y Fede se habían ido a tener una cita, hace tiempo no salían gracias a su preocupación por la albina, pero al ver que ya no estaba taaaaan mal decidieron poder salir.

- Por un demonio, si me van a venir a matar que se apresure, ya estoy harta de seguir aquí... ㅡvaya depresión le había caído.

Escuchó golpes en la puerta principal de la casa.

- Bien, son Félix y Fede o es mi asesino serial ㅡsonrió y se levantó de su camaㅡ Ya voy a abrir... ㅡbajó las escaleras y se dirigió a la puerta de entrada, lentamente la abrió.

- Hola, Pupp ㅡen la puerta había un castaño de ojos celestes, es obvio saber de quién hablamos.

- Oh, Freddy... hola... ㅡen su voz se notaba cierta decepción, ella realmente esperaba a un asesino de aspecto temeroso.

- ¿No soy a quién esperabas ver? ㅡrió levemente.

- No es eso... perdón... ㅡse apartó un poco de la puertaㅡ Pasa, si gustas...

- Gracias, eres muy amable ㅡse adentró en la casa y se sentó en el gran sofá que adornaba el living.

- Y... ¿para qué viniste? ㅡsus ojeras estaban bastante marcadas.

- Ninguna razón en específico... Bueno, miento ㅡrióㅡ. Quería hablar contigo.

- ¿Conmigo...? ㅡal menos a alguien sí le importoㅡ Bien, dilo.

- Pero, primero... ¿No quieres beber algo?

- Pues... no. Pero puedo traerte algo de la cocina si gustas.

- No, no ㅡsonreíaㅡ puedo ir yo solo a conseguir un poco de agua por allá.

- Pero... aquí vivo yo, puedo-

- Puppet ㅡsus ojos celestes se mostraron tiernosㅡ Voy yo, no tienes que preocuparte.

- Ehm... está bien... ㅡofreció una tímida sonrisa.

Freddy se levantó del sofá y se dirigió hacia la cocina... Vaya que se demoró un rato ahí, pero regresó con un vaso de... ¿agua?

- ¡Toma~! - le dio el vaso.

- ¿Pero no eras tú el que quería beber algo?

- Oh, sí... ¡Toma eso~! Yo iré a por un poco de jugo.

- Hum... bien... ㅡpasó un minuto y el chico volvióㅡ Tardaste mucho menos...

- Eheh... ¡Es que antes me quedé pensando en qué te gustaría tomar a ti!

- Ahm... ok... ㅡ ambos empinaron sus vasos, ella tomando "agua" y él jugo de naranja (♡) ㅡ U-uh... ㅡ la mirada de la albina empezó a nublarse.

- ¿Todo bien... Pupp? ㅡ y la sonrisa maliciosa del castaño finalmente apareció ㅡ¿No te sientes mal~?

- U-uh... ㅡla mirada de la chica se había empezado a nublar y su cuerpo a debilitarㅡ A-así que eras tú...

- ¡Sorpresa~! ㅡempezó a reírㅡ Con tu estado mental en este momento, estoy seguro de que estabas esperando este momento  ㅡy no mentía.

- ¿No te pudiste apresurar un poco? ㅡdijo en un tono molestoㅡ Mátame de una vez, no hagas esto más largo.

- Wow... ¿Qué? ㅡno pensó que realmente ella deseará su muerteㅡ ¿Lo estás diciendo en serio?

- Sí, así que apresúrate de una vez.

Hubo un silencio largo mientras que ambos se veían fijamente a los ojos, sorpresivamente los de el castaño eran los que mostraban más temor que los de la chica, pero Freddy también miraba con lástima.

- Puppet... ㅡle llegó un repentino toque de humanidad.

Sus miradas profundas seguían ahí. Freddy tomó su cuchillo sin ganas... lo guardó en uno de sus bolsillos y su otra mano se la estrechó a la Albina.

- Levántate.

- ¿Eh? ㅡmiró los penosos ojos del mayorㅡ No... ¡Mátame! ¡Hazlo ahora! ㅡrechazó la mano del chico.

- Levántate. No fue una pregunta.

Y aún extrañada, ella se levantó con la poca fuerza que le quedaba.

- Quienes anhelan morir me enferman... No aprecian su vida-

- Mira quién lo dice: El asesino serial.

- Cállate.

Sin decir más, tomó algunas prendas de vestir de la chica y las metió en una pequeña mochila.

- ¿Qué haces?

- Qué te importa ㅡse colocó la mochila en la espaldaㅡ Vienes conmigo.

- ¿Eh...? No, gracias... ㅡel pequeño toque de piedad que le había tenido el chico la tenía sorprendida, decía cualquier cosa en cualquier momento.

- Te sigo diciendo: No es una pregunta.

- Si lo hago... ¿Vas a matarme?

- ¿Eso es lo que realmente quieres? ㅡabrió la puertaㅡ ¿De verdad quieres morir?

- Sí...

- Pues suicídate, loca.

- No puedo, el suicido es un pecado...

- Bien, lo haré, lo haré... Ahora vamos.

- Sí...

Salieron de aquel hogar, no dejaron nota ni nada... fue sólo como si hubieran desaparecido.

[...]

- Fede, hay mucho silencio ¿no lo crees? ㅡFélix y su pareja habían regresado a la casa.

- Siempre lo hay ¿no?

- Suele escucharse levemente a Puppet normalmente... ¿Habrá pasado algo?

- Eh... No lo sé...

- Cartas.

- ¿Qué?

- No, no, no, no... ¡No! ㅡdejando en el piso los dulces que habían comprado subió corriendo las escaleras a toda velocidadㅡ Puppet, ¡Puppet! ㅡgolpeaba la puerta de la habitaciónㅡ Si estás ahí respóndeme, por favor.

Luego de unos... ¿Dos minutos? Subió Fede con la llave de la puerta. Abrieron la puerta y, como era de esperarse, nadie había ahí.

- No debimos haber salido, Fefi... No hoy al menos...

Lamentándose a sí mismo por varios días, no se le ocurrió nunca la idea de que pudo haber huído; aunque, no lo culpo, si hay muertes por todos lados... ¿quién no habría de pensar en aquello?

[...]

- ¡He vuelto, esposa mía~! ㅡdijo Freddy al entrar en su casa.

- ¿Espo-?

- ¡Te vez tan hermosa como siempre~! ㅡsubiéndose en un taburete le dio un fino beso en los labios secos de la muerta y colgada Joyㅡ Traje a Puppet, sé que estás indispuesta para hacer las labores del hogar, ¡Ella se ofreció a ayudarnos hasta que te mejores!

- Esto... Freddy... ㅡse había puesto incómoda.

- Cállate, estoy hablando con mi esposa.

- Sí, sí... perdón Freddy... y Joy.

- Señora Fazbear, por favor ㅡle reclamó para que llamara así a la muerta.

- D-disculpe... Sra. Fazbear...

Y de ese modo, pasaron los días y semanas. La mente de Puppet se había corrupto, pero aún había algo de consciencia ahí dentro... ella IBA a terminar con el sufrimiento y dolor de estas personas.











N;A

¡S-sé que subí el final muy tarde!
;w;
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No me quemen la casa, porfi :"3

Renunciø (Cartas para Puppet) [T.8 Røta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora