Amor Inesperado | Yeoseul

Cap 3. 3Jin

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Heejin POV

Despierto boca abajo en mi cama, extiendo mi mano hacia el despertador y detengo su fastidioso sonido, me giro en las sábanas mirando al techo y  remuevo los mechones de cabello que tengo pegados en la frente gracias al sudor, cierro los ojos mientras mi otra mano recorre mi abdomen por debajo del ombligo, entonces aprieto mis muslos soltando un leve quejido ya que mi frente no es lo único húmedo en este momento, todo gracias al sueño que  vagamente recuerdo

Otra vez volví a soñar contigo, con tus besos recorriendo lentamente mi piel, el olor de tu cuerpo, la excitación reflejada en tus ojos  y la sensación de tu suave mano en mi intimidad, todo parecía tan real...

- Aaagh ¡Maldición! siempre el mismo sueño - Suspiro fastidiada y decido mejor levantarme para no seguir pensando en ello y meterme a bañar para bajar la calentura que traigo. El agua me relaja y me ayuda un poco con la incomodidad en mi entrepierna, termino y me seco rápidamente.  Ya casi lista ajusto mi camisa blanca  y aliso mi falda gris para después posicionar los tirantes de ésta, acomodo mis medias grises que tienen un par de franjas blancas en la orilla al igual que el diseño de la falda y salgo de mi habitación.

- Buenos días, vas retrasada- Dice mi madre seria mientras bebe su café, lleva puesto su traje sastre de color negro acompañado de un peinado alto ya lista para su oficina. Hago una reverencia y respondo con tono amable 

- Buenos días Omma , ¿Appa ya se fue?- No desvía la vista de su celular y me dice - Sí, tiene una junta en este momento, el chofer te llevará hoy- Asiento y desayuno rápido, en silencio. Usualmente es así, mi madre es muy estricta y rara vez afectuosa sin mencionar que es demasiado conservadora, totalmente lo opuesto a mi papá, con el si puedo platicar y me consciente mucho lástima que siempre debe trabajar, casi no tenemos tiempo para convivir, aún así no me quejo, sé que todo lo que hacen es por mi bien, o al menos es lo que me dicen...    

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Voy en la parte trasera del auto viendo por la ventana cuando recuerdo que no revisé si eché mi cartera a la mochila, la abro y saco un par de libros y mi carpeta, afortunadamente está al fondo, la tomo y acomodo todo de nuevo, pero me detengo en la fotografía pegada con cinta adhesiva que adorna la portada de mi carpeta, sonrío al ver a mis mejores amigas, Ryujin y Hyunjin, esa foto es del año pasado cuando ensayamos para el show de talentos en la escuela, seguro seremos las mejores en la audición este año, guardo la carpeta y regreso mi vista a la ventana.

Parece que fue ayer cuando conocí a este par, es increíble que sólo falte un año para que podamos ir a la universidad, ojalá sigamos igual de inseparables. A Ryujin la conozco desde el jardín de niños, hemos estado juntas desde entonces, bueno solo nos separamos cuando mi madre me mandó a un internado católico en Francia cuando tenía 13 años, recordar eso me pone de mal humor, fueron días difíciles, gente diciéndote a diario que lo que tu eres está mal, que no es natural, que te iras al infierno por amar a quien no debes...

infierno era estar ahí...

Mi madre tomó la decisión de mandarme ahí  después de que me encontró besándome con una "amiga" de la secundaria, mi padre no es tan conservador como ella pero en mi familia se hace lo que ella dice. Pero no todo fue amargura en mi estancia allá, ahí fue donde conocí a Hyunjin la única coreana que también estaba atrapada en ese manicomio de monjas, con ella a mi lado los días fueron mucho mejores, hasta felices podría decir, me consoló y con sus bromas tontas lograba hacerme olvidar todas esas palabras que me atormentaban. Ella me dijo que terminó ahí porque era huérfana y la tía que la cuidaba trabajaba en Versalles pero no podía atenderla por su trabajo, por lo que la inscribió en ese prestigioso internado.