El día seguía pasando muy lento, los segundos parecían minutos, los minutos parecían horas y yo quería salir ya de esa clase y poder recostarme en el césped de aquel lugar por unos minutos antes de tener que irme a mi casa.
Cuando por fin terminó pensé para mis adentros "Bueno Marcela, es un día más en algo que te gusta hacer, o algo así". Mientras seguía inmersa en mis pensamientos, iba caminando hacia mi lugar favorito para descansar. Era un pequeño árbol que estaba un poco escondido y el cual cuando era la hora perfecta, tenía una sombra que podía cubrirme por completo y dejarme descansar.
Me acosté y me estiré lo que más pude, dejando mi morral de cabecera y así quedar más cómoda. Me puse mis auriculares y puse una canción aleatoria la cuál me puse a analizar, tanto así que sentía lo que el cantante sentía, ese sentimiento de dolor, de tristeza que lo hizo escribir la canción, cada palabra que decía poco a poco me daba cuenta que encajaba con mi vida, cerré los ojos y me escurrían algunas lágrimas, simplemente no podía dejar de pensar.
Sentí como alguien se había acercado a mi y me quitó con la yema de uno de sus dedos, una lágrima que estaba a punto de deslizarse por mi mejilla, aún así seguía en ese estado de estar alejada del mundo, casi quedándome dormida. En un momento de estar medio dormida tuve un "sueño" algo desagradable, lo cuál hizo que me levantara de golpe y viera a la persona que estuvo al lado mío todo este tiempo. Era una chica, la misma chica que había aparecido en mi sueño, por alguna razón no la conocía, nunca la había visto antes pero ahora allí estaba.
Me preguntó si estaba bien, ya que me había visto llorar en ese momento de lejanía, a lo que yo sólo asentí y le dije a aquella extraña, que había tenido un sueño horrible.
Le conté que alguien a quién yo amaba estaban a punto de matarlo, y yo no podía hacer nada. Le dije que en aquel sueño no reconocía a nadie, pero sólo sentía que aquella persona yo la amaba con mi vida. Ella sólo me abrazó y le correspondí el abrazo, a lo cuál yo seguía teniendo algunas lágrimas que también quitó delicadamente.Aquel sueño no sucedió así. ¿Por qué le mentí? Porque no podía decirle que había sido ella la que estaba allí. Que lo que sucedía realmente era que me iban a matar a mi y ella estaba mirándome distante, con la mirada neutral. La otra persona, aquella que me miraba con odio, era alguien que no conocía pero que sabía que me había arrebatado a aquella chica que amaba sin darme cuenta, había alejado el amor que teníamos y ahora estaba yo ahí, arrodillada esperando el sonido de mi muerte.
Ella se alejó despidiéndose como una conocida más y no la volví a ver en un tiempo, pero al menos se que existe y así no tendría que imaginarla.
Unas días más tarde iba yo caminando con mi amiga más cercana, Alex, (la cuál sabía lo que había ocurrido ese día y sabía lo que me intrigaba aquella chica) me movió el brazo para que volteara a mirar y allí estaba ella, al parecer Alex había entendido muy bien la descripción que le había dado porque supo con una mirada quien era. La chica estaba acompañada de quien parecer era su pareja o eso parecía, ya que iban de la mano pero ella no se veía muy cómoda, no sabía que hacer quería acercarme, pero a la vez no. Quizá no se acordaba de nada, ni de mi. Pero aún así quería saber quien era, al menos su nombre.
La chica que iba con ella al verme estar observando tan detenidamente la situación se acercó a ella y la besó. Yo sólo seguí como si nada, además era una persona ajena a la situación.Alex al parecer se obsesionó con todo esto y ese mismo día en la tarde me escribió que ya sabía el nombre de las dos. Yo algo impaciente le pregunté, a lo que me respondió que la chica misteriosa se llama Alba y con la que estaba se llama Eris, así es, Eris. Vaya nombre peculiar, encajaba muy bien con la chica, se veía algo arrogante y egocéntrica, quien sabe que le vió Alba. Aunque eso lo tendré que averiguar yo, no sé como pero lo haré.
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Cuándo Solías Estar Aquí...
Подростковая литератураTiempo, ¿Lo mejora todo o lo empeora?